«Fue el día más aterrador de mi vida», dijo la madre de la niña que pidió mantener en anonimato a su familia. «Me sentía mal, pensé que era parte del embarazo».
«Me dijeron que tenía preeclampsia», una complicación del embarazo potencialmente severa que se caracteriza por una presión arterial elevada.
«Superaba los 200. Me dijeron que tenía que dar a luz rápido», recordó.
«Les repetía «no va a sobrevivir, tiene apenas 23 semanas»», de las 40 que dura un embarazo promedio.
Saybie nació por una cesárea de emergencia con 23 semanas y tres días de gestación.
Un bebé «micro prematura» (menos de 28 semanas) enfrenta hemorragias cerebrales y problemas pulmonares y cardíacos, y sus posibilidades de sobrevivir son pocas.
«Le dijeron a mi esposo que tendría una hora con ella y que luego moriría. Pero esa hora se convirtió en dos, y esas dos en un día, y luego en una semana», contó la madre en un video divulgado por el hospital.
Al ser dada de alta, pesaba 2,26 kg y medía 40 cm, y gozaba de buena salud, según un comunicado del hospital.
Saybie se convirtió en el recién nacido más pequeño del mundo que sobrevive al parto, según un registro que lleva la Universidad de Iowa.
Su peso al nacer, que equivale al de una manzana grande, fue 7 gramos menos que el del bebé que hasta entonces tenía el récord, nacido en Alemania.
«Cada vida es un milagro, pero aquellas que desafían las probabilidades, lo son aún más», dijo a la AFP Edward Bell, médico pediatra que lleva el registro. «Me siento bendecida», expresó la madre.
«¡Es la bebé más pequeña del mundo y es mía!».