El foco rojo está encendido. Este fármaco opiáceo sintético se distribuye al menudeo entre la población usuaria y se está mezclando con otras drogas, como la cocaína y la heroína, explicó Javier Sánchez Herrera, titular de esta dirección dependiente de la Fiscalía General del Estado.
En el presente año, el Sistema de Ingreso y Egreso de Cadáveres (SIEC) del Servicio Médico Forense registró ocho fallecimientos por el abuso de sustancias y aunque el fentanilo ya se registra como una de las causas de muerte entre usuarios de drogas, la realidad es que las anfetaminas y las benzodiacepinas predominaron.
“Son bombas, las personas realizaron combinaciones de sustancias que no soporta el cuerpo”, dijo Sánchez Herrera al revelar las mezclas elaboradas y que fueron consumidas por las víctimas.
Los datos oficiales muestran que el primer deceso ocurrió el pasado 8 de enero, un hombre que consumió anfetaminas. En Juárez el “cristal” es la principal droga sintética de mayor prevalencia.
El 12 de enero otro hombre falleció por el consumo de benzodiacepina y opiáceos. El 22 de febrero una persona del sexo masculino murió por sobredosis al mezclar anfetamina con cocaína y otros opiáceos.
El 13 de marzo murió un varón al consumir fentanilo.
El 18 de marzo otro hombre murió por el suministro de anfetamina, cannabis y alcohol, el día 24 de ese mismo mes otro hombre perdió la vida al combinar cannabis con alcohol.
El 5 de mayo otro hombre falleció al mezclar benzodiacepina con cocaína y cannabis y el 8 de mayo otro usuario murió por el abuso de opiáceos.
Datos de organizaciones estadunidenses mencionan que las benzodiacepinas son medicamentos utilizados para calmar la ansiedad o el insomnio.
Victoria Molina, quien se autonombra reina del “Escuadrón de la Muerte de la Catedral”, un grupo que aglutina a personas adictas a las drogas y al alcohol en la zona Centro, dijo que el consumo de “píldoras” tiene gran arraigo entre los usuarios de este sector.
Detalló que “las píldoras” tienen un precio de 70 pesos y son cinco unidades de clonazepam, principalmente, de más de dos miligramos.
Estas pastillas tienen un efecto de cuatro a cinco horas y les calma la ansiedad. Otras benzodiacepinas son el diazepam y el alprazolam.
Estas sustancias se han mezclado con los opiáceos como la heroína y la cocaína, “la chiva” o “la piedra”, como se le conoce.
“La piedra” (cocaína en piedra) cuesta 170 pesos la dosis, el “fierrazo”, que es inyectarse la heroína, la cual se conoce como “chiva”, también cuesta 170 pesos”, explicó anteriormente Molina.
El director de Servicios Periciales y Ciencias Forenses en Chihuahua dijo que el fentanilo no se detecta en el Semefo, aunque los especialistas pueden observar los signos que trae el cuerpo como espuma en la boca o un edema pulmonar.
Cuando se determina que la persona falleció por sobredosis se envía una muestra al área de química y ahí es donde se detecta el tipo de sustancia por la que falleció la persona.
Precisó que lo que no se logra determinar en estos análisis es la cantidad, pero sí el tipo de sustancia que causó el daño.
“Y es precisamente el consumo de otras combinaciones lo que está causando estas muertes, ya que son una bomba para el cuerpo”, precisó.
Algunas veces los consumidores ignoran el tipo y calidad de droga que se están suministrando, en otras, sus condiciones de salud tan deterioradas indicen en estas muertes.
Actualmente el Grupo Compañeros, que trabaja desde hace varios años con la población usuaria, está repartiendo tiras reactivas pueden indicarle al consumidor si las drogas que está por utilizar contienen fentanilo, pero no cuánto fentanilo hay ni qué tan fuerte es.
Estas tiras fueron donadas a esta organización que ha demandado a los tres niveles de gobierno se legisle por la liberación de la naloxona, como un medicamento que puede salvar la vida de los usuarios al fentanilo.
En Juárez sólo la Policía Municipal cuenta con esta sustancia para atender un posible caso de sobredosis, al recibir kits de prevención por parte de autoridades estadunidenses. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)