Betty y Curtis Tarpley se conocieron cuando asistían juntos a la secundaria en Illinois, Estados Unidos y, desde aquel entonces estuvieron juntos. Se casaron, se mudaron juntos a Texas, tuvieron dos hijos y, cuando todo parecía ir perfectamente para esta pareja, la pandemia de Covid-19 apareció en sus vidas.
El pasado 18 de junio la pareja aún tomada de la mano, murió con apenas una hora aproximada de diferencia en un hospital de Texas como consecuencia del coronavirus que ha dejado más de poco más de 5.7 millones de muertes en todo el mundo.
En entrevista con CNN, el hijo de la pareja, Tim Tarpley explicó que a los 80 años de su madre ella comenzó a estar enferma por algunos días por lo que decidió llevarla al Hospital Metodista Harris Health For Worth en donde dió positivo a la prueba de Covid-19.
Luego de ingresar el pasado 9 de junio, su esposo Curtis ingresó tres días después también por coronavirus a la unidad de cuidados intensivos.
Luego de algunos días ambos parecían estar mejor por lo que las enfermeras decidieron llevar unos momentos a Curtis al lado de Betty para que ambos pudieran estar un tiempo juntos.
Su salud comenzó a deteriorarse al mismo tiempo
Pero, al cabo de unos días, el estado de salud de Betty comenzó a empeorar e incluso asegura Tim que su madre lo llamó a él y a su hermana Tricia diciéndoles que estaba lista para irse.
De acuerdo con Tarpley aún pudieron estar con su madre en dos ocasiones pero, durante su última visita los médicos le informaron que no le quedaba mucho tiempo.
Ante esto, el hijo de los Tarpley decidió comunicarle el estado de salud a su padre pero, horas después su padre empeoró también pues sus niveles de oxígeno habían empeorado:
“Realmente siento que él luchaba porque se suponía debía hacerlo, una vez que se enteró que ella no iba a lograrlo, desistió”, dijo Tim Tarpley, hijo.
La situación era cada vez más complicada pero, gracias a una enfermera fue que lograron ponerlos juntos para que recibieran toda la atención y cuidados durante sus últimos momentos. La enfermera le comunicó a Curtis que Betty estaba ahí y, aunque intentó mirarla, él estaba demasiado débil.
“Sabía lo que le decíamos, sabía que ella estaba ahí. Estaban tan incapacitados que todo lo que podían hacer era hablar con sus almas”, señaló Blake Thorne, enfermera.
El equipo médico decidió colocar la mano de Betty sobre el brazo de Curtis para que ambos pudieran sentirse. Betty falleció a los 20 minutos y Curtis 45 minutos después que ella sin soltarse de la mano.