Después de un invierno y una primavera inusitadamente húmedos que favorecieron la multiplicación de estos insectos, los saltamontes han invadido el valle en el que se encuentra la ciudad de Las Vegas en su migración hacia Nevada central, desde el sur del estado y el norte de Arizona.
El área de Las Vegas habitualmente tiene una precipitación media de 150 milímetros de lluvia al año, pero entre enero y junio pasados la región ya ha recibido esa cantidad.
Las autoridades agropecuarias del Estado han indicado que los grupos de saltamontes, cuya señal se capta en los radares, podrían permanecer en el área por un par de semanas más.
A los chapulines se les han sumado en días recientes las chinches, que son más comunes en el sur de Nevada, según dijo Trent English, de la firma de control de plagas Trule Nolen Pest Control al canal de televisión KTNV.
“Para la agricultura las chinches son una gran plaga, y cuando se juntan en gran número pueden destruir los cultivos” y suponer una plaga, añadió.
El experto señaló que las chinches están en medio de su temporada de apareamiento y que si la región vuelve a tener otro invierno y otra primavera húmedos, los grupos serán aún más grandes.
Cuando la gente pisa o estruja una de estas chinches se libera un químico maloliente que atrae aún más chapulines.
Las condiciones ambientales se han tornado difíciles para los residentes y los muchos turistas de Las Vegas, donde las temperaturas han superado los 40 grados Celsius con un 10 por ciento de posibilidades de lluvia.
El entomólogo estatal Jeff Knight dijo a la prensa que el gran número de saltamones de ala pálida -Trimerotropis pallidipennis, por su nombre científico- que migran hacia Nevada central es inusitado pero tiene precedentes, y que los insectos no presentan amenaza alguna.
Según Knight estos saltamontes no son portadores de enfermedades y probablemente no causarán muchos daños en los jardines. A diferencia de las langostas, de muy mala fama como plagas bíblicas y que devoran cultivos y árboles, los saltamontes no dejarán mucha huella en las áreas verdes de la ciudad.
En sus más de 30 años al servicio del Departamento de Agricultura de Nevada, Knight ha visto otras migraciones similares, incluida otra ocurrida hace seis o siete años.
Hubo grupos de insectos igualmente densos al menos seis veces entre 1952 y 1980 en Arizona, y uno de ellos duró dos años. También ha habido fenómenos similares en Nuevo México, Utah y California.