Falta de contundencia, esa es la enfermedad que ha padecido el Tri a lo largo del Octagonal Final, pero ante Estados Unidos estaba prohibido que aparecieran esos síntomas.
El conjunto de las barras y las estrellas arrancó con mayor ímpetu y posesión de balón, sin embargo, fueron el Chucky y Jiménez los que provocaron los primeros alaridos del público en las gradas.
De a poco, el Tri encontró la compostura, Zimmerman se convirtió en el zaguero más activo del encuentro ante los constantes centros de Sánchez y Lozano. Robinson condicionó a la última línea cuando vio el cartón amarillo tras una dura entrada sobre Jiménez.
El partido no otorgó concesiones, aunque Estados Unidos evidenció sus carencias defensivas a balón parado luego de que Johan Vásquez estuviera cerca de anotar. Montes también tuvo su oportunidad con un remate qué pasó cerca de la portería de Zack Steffen.
Pero fue Ochoa el que en más de una ocasión se vistió de héroe. El balón le llegó sin mayor problema y ante la nula marca tricolor, a Yunus Musah, quien impactó de primera con el pie izquierdo. El grito de gol de la porra estadunidense se ahogó gracias a la oportuna intervención de Paco Memo.
Los ánimos comenzaron a calentarse, la desesperación apareció en forma de errores, pero desde las gradas el cántico del Chucky Lozano se hizo presente. El team USA replegó líneas, únicamente con algún balón filtrado podría hacer daño México, cerca de ello estuvieron Charly Rodríguez y el ‘Tecatito’.
Corona dejó escapar la más clara de peligro para el Tri, el del Sevilla controló mal un balón a modo y desde la banca el grito de furia de Martino no se dio a esperar. Pero aquella parecía ser la fórmula, la presión en la salida.
El hombre en el espejo, Christian Pulisic, erró de igual manera, el centro de Tim Weah fue preciso, pero el del Chelsea prefirió fusilar a quemarropa a Ochoa en lugar de colocar el esférico, el guardameta mexicano paró el disparo con el pecho.
Un disparo de larga distancia del Chucky y un intento esperanzador de chilena de Jiménez concluyeron la primera mitad. Con un derechazo de Lozano y una jugada más de peligro entre Herrera y Sánchez, quien se quedó cerca de conectar, arrancó el segundo tiempo.
En menos de 10 minutos Raúl Jiménez fue el protagonista de dos jugadas clave, primero un cabezazo que no logró trascender y después una jugada dentro del área que el público reclamó como penal sobre el delantero del Wolverhampton, pero Mario Escobar, silbante del encuentro decretó lo contrario.
A pesar de que la igualada no era un mal resultado para los de las barras y las estrellas, siguieron buscando el gol. Una desatención en la marca de Herrera que no cortó el centro de Pulisic dejó el esférico a modo para Gio Reyna, este habilitó a Pefok pero este desaprovechó de manera increíble la oportunidad.
Lozano tampoco pudo definir, un disparo cruzado provocó ilusión en las gradas, pero fue oportuna la intervención de Steffen.
El reloj se consumía, el grito de “sí se puede” inundó el Azteca, seguido del “fuera Tata”, y el infame grito de “puto”, que hasta entonces no se había hecho presente. El partido estaba para cualquier bando. México no bajó los brazos, algunas llegadas más inquietaron la zona de peligro de Estados Unidos, pero el gol no cayó.
Estados Unidos y México continúan igualados con 22 unidades, siendo el segundo y el tercero de la clasificatoria de Concacaf a la Copa del Mundo.