El resultado fue claro, México cayó ante Brasil por 2-3, aunque la sensación fue distinta a la que se dejó ante Uruguay. El equipo de todos supo competir en el segundo tiempo, incluso igualó un marcador adverso, pero una desatención en defensa, fue suficiente para que el Scratch Du Oro se llevara la victoria.
El Tricolor fue distinto al que se vio las caras contra Uruguay, la tranquilidad podría llegar en algunos aspectos, aunque en el resultado, lo que al final importa, una vez más se volvió a caer.
Y es que Jaime Lozano supo la responsabilidad que tuvo luego de lo sucedido ante Uruguay. El planteamiento del Jimmy mostró a los que más brillaron a lo largo del año futbolístico, pero el resultado, en un inicio, no cambió.
Savinha tomó el esférico en medio campo y lo llevó hasta la entrada del área. Andreas Pereira decepcionó la pelota con amague en su cintura. Álvarez quedó en el camino, Johan barrió sin suerte, frente a Julio, el del Fulham la puso en el fondo.
El juego cayó en un bache que ni las fintas y dribles brasileños despertaron. El equipo mexicano se limitó a buscar a Quiñones y Antuna. La velocidad de ambos fue frenada de golpe por la zaga brasileña. El descanso arribó con bostezos en la grada y abucheos en gran parte de la grada.
El complemento pareció poco más de lo mismo. México se perdió entre el toque brasileño, que encontró un nuevo gol gracias a la apertura entre la zaga azteca. Couto dejó en el camino a Vásquez, un pase atrasado dejó a Martinelli solito para poner el segundo.
Lozano comenzó a mover el banquillo, no se veía por donde pudiera rescatar, al menos, un empate. Vega y Pineda entraron bien. Alexis mandó un centro a segundo palo, Quiñones, con la fortaleza que lo caracteriza, empujó para comenzar con la ilusión mexicana.
El medio campo de ambos equipos se perdió. México luchó en todo minuto, incluso con Vinicius Júnior en el campo. Brasil pecó al menospreciar al equipo de todos. Los sudamericanos no hicieron el tercero.
Lozano continuó con sus medicaciones. Huerta y Martínez le metieron garra al encuentro. Los jugadores de Pumas se conjugaron para hacer la diferencia. El Chino consiguió un tiro de esquina que fue determinante. El Memote se levantó y cabeceó, Alisson la tapó, pero el centro delantero de la UNAM no dejó de pelear, con un zurdazo, igualó la contienda en los segundos finales.
México se sintió aliviado. Jaime Lozano suspiró al ver que quedaban unos minutos. Vinicuis no quiso el empate. El extremo del Real Madrid tomó el balón sin miedo a equivocarse. Un centro perfecto, que ni Johan ni Edson pudieron cortar, fue rematado por el juvenil Endrick. El atacante menor de edad le metió la testa al esférico para dejar parado a González. ¡Gol de Brasil!
No hubo más en el Kyle Field, el Tricolor peleó con sus mejores jugadores, una vez más no le alcanzó para, al menos, sacar un empate a un campeón del mundo. La Copa América está a la vuelta de la esquina, la preocupación bajó, pero sigue ahí.