A casi seis semanas de que se detectó el primer caso de contagio de Covid-19 en México, se han realizado un total de 24 mil 410 pruebas.
En términos comparados, el país solamente supera a India en el total de pruebas por millón de habitantes.
En su discurso oficial el pasado domingo, el Presidente López Obrador destacó como cifra de éxito que, después de India, México es el país «con menos infectados por coronavirus».
Esto más bien puede ser un reflejo del escaso número de pruebas que ambos países han realizado, llevando a un subregistro del verdadero número de personas contagiadas.
Más allá de cifras, el argumento a favor de realizar el mayor número de pruebas posibles se sustenta en casos como Corea del Sur o Alemania en donde gracias al mejor diagnóstico del número de contagios, particularmente de pacientes asintomáticos, se recurrió a un tratamiento más eficaz de los mismos.
Esto ha llevado a una reducción en el número de muertos y a un aplanamiento en la curva de contagios.
El debate y los cuestionamientos sobre la necesidad de realizar más pruebas confronta con la decisión del Gobierno mexicano de fundamentar el diagnóstico y tratamiento de la pandemia actual en el modelo de vigilancia centinela, un modelo muestral.