La declaración quiere ser una “fuerte condena” a la “discriminación racial y los crímenes motivados por el odio, el racismo, la xenofobia y la intolerancia, incluyendo el discurso de superioridad racial”; los supuestos motivos que llevaron al presunto atacante a entrar a un centro comercial y disparar a discreción como “respuesta a la invasión hispana de Texas”, tal y como expuso en un manifiesto subido a Internet.
Más tarde, el autor del crimen, Patrick Crusius, diría a la policía que su objetivo era matar tantos “mexicanos” como fuera posible.
En la declaración, que se someterá a voto de los Estados miembros de la OEA este miércoles, se insta al “firme compromiso de sus Estados miembros para adoptar todas las medidas necesarias a fin de combatir todas las formas de discriminación, intolerancia y xenofobia; y prevenir, investigar, procesar y en su caso castigar los delitos perpetrados con esas motivaciones”.
En ese sentido, el gobierno mexicano está liderando acciones diplomáticas para que el caso sea un ejemplo de los crímenes de odio contra mexicanos y otras comunidades hispanas en Estados Unidos.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, expresó hace un par de semanas el interés del país en que el tiroteo de El Paso sea considerado un crimen de odio y un ataque terrorista contra mexicanos.