El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el jueves que no está de acuerdo con la decisión de su subsecretario de Gobernación de asistir a una ceremonia con miembros de estos grupos que se denominan a sí mismos autodefensas.
«No puede haber grupos ilegales haciendo funciones de seguridad pública. Eso no debe de permitirse», sostuvo el mandatario.
A pesar de que se formaron desde 2013 para combatir a los cárteles del narcotráfico, a menudo se ha descubierto que algunos de estos grupos están infiltrados por el crimen organizado.
El debate salió a relucir el miércoles, cuando Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación, asistió a la inauguración de una planta de procesamiento agrícola en la comunidad de La Huacana, en el estado occidental de Michoacán. Acudió acompañado de líderes de las autodefensas.
«Él tomó esta decisión porque lo invitaron a participar», señaló López Obrador. «No estoy de acuerdo».
«Ya se habló de este asunto en el Gabinete de Seguridad y se le ha pedido que se ajuste a lo que establece la Constitución y las leyes», añadió el presidente, insinuando que Peralta y sus colegas en la Secretaría de Gobernación fueron reprendidos.
Esa secretaría ha recibido la responsabilidad de implementar algunas de las iniciativas más polémicas de López Obrador, como un programa de amnistía supuestamente dirigido a «presos políticos», algunos de los cuales también han sido autodefensas.
Peralta había recibido críticas previamente por reunirse con un grupo similar de autodefensas en el estado de Tamaulipas, una entidad fronteriza con Estados Unidos azotada por la violencia. La agrupación con que se encontró en el lugar ha sido relacionada con el cártel del Golfo.
Durante el evento del miércoles en La Huacana, Peralta reconoció las críticas.
«En días pasados se señaló que lo que estábamos haciendo era reunirnos con grupos del crimen organizado», dijo durante el acto de inauguración. «Yo no veo aquí más que a gente trabajadora, no veo más que representantes populares, no veo aquí más que a representantes del gobierno del estado. También veo a presidentes municipales».
Pero la localidad es conocida por haber desafiado al gobierno en otras ocasiones.
En mayo pasado, autodefensas de La Huacana secuestraron a media docena de soldados, los desarmaron, empujaron e insultaron hasta que accedieron a devolverles un fusil calibre .50 que una patrulla previa había decomisado.
El mismo López Obrador invitó posteriormente al escuadrón del ejército a las oficinas de la presidencia para felicitarlos por mantener la calma y no abrir fuego. El mandatario indicó que está a favor del diálogo y rechaza el uso de la fuerza.
Pero los encuentros también han desatado la ira de los gobiernos estatales, que se sienten muy molestos ante cualquier señal de apoyo federal a los grupos de autodefensas, las cuales suelen sostener enfrentamientos con elementos de las fuerzas estatales y sangrientas disputas territoriales entre ellos mismos.
El gobernador de Michoacán afirmó el miércoles que el gobierno federal estaba proporcionando dinero a personas a las que tildó de delincuentes.
«Me duele que a los que ultrajaron, maltrataron, vejaron a los soldados de México, los premian», subrayó el gobernador Silvano Aureoles. «¿Con qué viene el subsecretario Peralta? A darles dinero a los delincuentes… ¿Es que vamos a darles dinero para que ya dejen de ser delincuentes? Al revés, nada más los empoderan más».
De hecho, con frecuencia resulta difícil notar la diferencia entre las verdaderas autodefensas algunas de las cuales existen legalmente en comunidades indígenas, donde la policía suele estar ausente y grupos infiltrados por el crimen organizado. Debido a que fueron creadas para combatir a un cártel del narcotráfico local dedicado a extorsionar y secuestrar a sus habitantes, con frecuencia los grupos recibían armas, dinero y reclutas de un cártel rival.
No sería la primera vez que la Secretaría de Gobernación la agencia de seguridad nacional más importante del país parece diferir con el presidente respecto al tema.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, desató un escándalo a principios de la semana cuando dijo: «Estamos dialogando con muchos grupos (armados), nos han manifestado que no quieren seguir en esta violencia». Rápidamente su oficina se vio forzada a aclarar que se refería a autodefensas, no a cárteles de las drogas.
La Secretaría de Gobernación señaló el martes que el gobierno federal «no tiene ni tendrá ningún diálogo con ningún grupo del crimen organizado».
López Obrador es especialmente vulnerable en este tema, porque ha anunciado públicamente que ya no continuará con la estrategia de capturar a los capos del narcotráfico, lo que generó especulaciones de que podría estar intentando lograr alguna especie de tregua con estos grupos delictivos.