“La hostilidad hacia los periodistas, e incluso el odio del que se hacen eco dirigentes políticos en muchos países, ha acabado provocando agresiones más graves y frecuentes” contra estos profesionales, lo que suscita un “clima de miedo inédito en algunos lugares”, deploró el jueves la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En su clasificación de 180 países, únicamente un 24 por ciento se encuentra en una situación buena o más bien buena.
Noruega conserva por tercer año consecutivo el primer puesto, seguido de Finlandia y Suecia. Cierra la lista Turkmenistán, precedido de Corea del Norte.
También en la cola, China pierde un puesto (177), así como Rusia (149), donde el Kremlin “acentuó la presión” sobre los medios independientes e internet, “con arrestos, registros arbitrarios y leyes liberticidas”.
Amenazas de muerte en Estados Unidos
Estados Unidos (48) pierde tres puestos y entra en la zona “problemática”. Más allá de las declaraciones de Donald Trump contra los medios, “los periodistas estadounidenses nunca habían sido objeto de tantas amenazas de muerte” ni recurrido de tal manera a la seguridad privada para su protección personal, según RSF.
La ONG basada en París destaca además que la persecución de periodistas que incomodan a las autoridades en cualquier parte del mundo “parece ahora no tener límites”. Cita el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Turquía, que “envió un mensaje aterrador a los periodistas más allá de las fronteras de Arabia Saudí”.
España subió dos puestos (29) y Francia, uno (32). El informe apunta que América del Norte y del Sur registraron el mayor deterioro regional.
México, el país más peligroso
Aunque la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador “calmó un poco” las relaciones entre el poder y la prensa, México, en el sitio 144, sigue siendo el país más peligroso del continente para los periodistas, con 10 asesinatos en 2018.
Desconfianza en América Latina
La ligera mejora en 2018 en América Latina “fue breve”, puesto que el entorno en el que trabajan los periodistas es “cada vez más hostil“. Las elecciones en países como México, Brasil, Venezuela y Colombia engendró un “recrudecimiento de los ataques contra los periodistas, perpetrados sobre todo por la clase política, los funcionarios y los cibermilitantes”.
Estos incidentes “contribuyeron a reforzar un clima de desconfianza generalizada, a veces de odio, contra la profesión“.
Nicaragua registró una de las caídas más significativas, según RSF, que denuncia que los periodistas que cubren las manifestaciones contra el gobierno de Daniel Ortega, considerados como opositores, son agredidos con frecuencia. “Muchos se han exiliado para evitar ser acusados de terrorismo”, indica el informe.
Venezuela perdió cinco puestos, acercándose a la zona negra de la clasificación. La “deriva autoritaria” del gobierno de Nicolás Maduro intensificó la represión contra la prensa independiente, apunta RSF, que registró un número récord de arrestos arbitrarios y de actos de violencia perpetrados por las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia. Muchos periodistas tuvieron que exiliarse y hubo reporteros extranjeros detenidos o expulsados.
Periodo sombrío en Brasil
Brasil pierde tres puestos y se acerca a la zona roja, con cuatro periodistas asesinados. La elección del ultraderechista Jair Bolsonaro, tras una campaña marcada por “el discurso del odio, la desinformación, la violencia contra los periodistas y el desprecio por los derechos humanos, augura un periodo sombrío para la democracia y la libertad de prensa”.
RSF recuerda el papel primordial de WhatsApp en la campaña electoral, canal por el que circularon informaciones falsas destinadas sobre todo a desacreditar el trabajo de los periodistas críticos con Bolsonaro.
Cuba se mantiene como el peor alumno de la región (169), pese a ganar tres puestos, una senda por la que se desliza Bolivia (113, -3), cuyo presidente, Evo Morales, sigue el “modelo cubano” controlando la información y censurando “las voces demasiado críticas”.
“Blanco frecuente” de ataques armados, de presiones y de tentativas de intimidación por parte de la clase política, El Salvador perdió 15 puestos y se colocó en el 81.
“Independientemente del color político, hay gobiernos cada vez más fuertes que tratarán de controlar la información o de censurarla, recurriendo a métodos más o menos finos, más o menos visibles”, dijo Emmanuel Colombié, director de RSF para América Latina, tras presentar el informe en Rio de Janeiro.
Con información de AFP