La Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE), declaró que las economías en latinoamérica “se han computado mejor de lo esperado en 2022”, dando una previsión del 1.6% para 2023.
En los segmentos de alimentación y energía, fueron los más beneficiados en este año, ayudando a los términos de intercambio.
“Con todo, se espera que este rebote pierda fuerza durante 2023 y 2024, en medio de una retirada de la mayor parte del apoyo fiscal restante y precios de las materias primas menos boyantes”, recoge el informe
Sin embargo, la OCDE estima que las economías de América Latina perderán fuerza en 2023 y 2024 por las condiciones financieras nacionales y globales, haciéndolas más estrictas.
Finalmente, cabe mencionar que esta desaceleración económica va en línea con la tendencia a nivel mundial, ya que la OCDE prevé que el PIB global caiga del 3.1 por ciento en 2022 al 2.2 por ciento en 2023 y vuelva a recuperarse en 2024, hasta situarse en un modesto 2.7 por ciento.