El impacto ocurrió cuando cientos de personas esperaban un tren para salir de la ciudad, capital de la zona del Donbás bajo control ucraniano. El alcalde de Kramatorsk calculó que al momento del ataque había cuatro mil personas en la estación, que quedó llena de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, atribuyó a Rusia el ataque, al que calificó de “maldad sin límites”. El presidente de EU, Joe Biden, también culpó de la “atrocidad horrenda” a las tropas de su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Rusia negó su responsabilidad y denunció una “provocación” de Zelenski.
«El objetivo de este ataque orquestado por el régimen de Kiev (…) era impedir que la población civil se fuera de la ciudad, para poder usarla como escudo humano”, afirmó el Ministerio de Defensa ruso.
En los restos del misil podía leerse en ruso la inscripción: “Por nuestros niños”, frase usada por los separatistas prorrusos para referirse a sus hijos muertos en la guerra del Donbás.
MUEREN DECENAS QUE INTENTABAN HUIR
Al menos 50 muertos, incluidos cinco niños, y más de 300 heridos, dejó un ataque con misiles contra una estación de trenes en la ciudad de Kramatorsk, en el este de Ucrania, informó ayer el gobernador regional Pavlo Kyrylenko.
El misil cayó a las 10:30 (tiempo local), una hora a la que cientos de personas acuden desde hace días a la estación para esperar un tren que los saque de Kramatorsk, la capital de la parte de la región de Donbás aún bajo control ucraniano.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó el acto de “maldad sin límites” por parte de Rusia e informó que 300 personas resultaron heridas.
El alcalde de Kramatorsk, Oleksander Honcharenko, calculó que había unas cuatro mil personas en la estación en el momento el ataque.
«Algunas personas perdieron una pierna, otras un brazo. Ahora están recibiendo asistencia médica. Los hospitales están llevando a cabo unas 40 operaciones simultáneas”, publicó el alcalde en redes.
«Rusia negó su responsabilidad en la tragedia y denunció una “provocación” de Kiev.
El objetivo de este ataque orquestado por el régimen de Kiev (…) era impedir que la población civil se fuera de la ciudad, para poder usarla como escudo humano”, afirmó el Ministerio de Defensa ruso.
Frente a la estación se veían los restos de un misil, sobre el que se podía leer (con letras blancas y en ruso) la inscripción: “Por nuestros niños”.
La frase, que suena a venganza, es usada por los separatistas prorrusos para referirse a sus hijos muertos en la guerra del Donbás, que comenzó en 2014.
«Era un misil Toshka, una bomba de racimo”, aseguró a la AFP un policía en el lugar de los hechos. “Explota en varios lados, sobre una superficie del tamaño de un terreno de futbol”, explicó.
La estación quedó llena de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros.
«Estoy buscando a mi marido, estaba aquí, pero no logro encontrarlo”, dijo una mujer, sin osar acercarse a los cuerpos alineados fuera de la estación.
CONDENA INTERNACIONAL
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó de “atrocidad horrenda” el ataque contra una estación en Kramatorsk.
En su cuenta de Twitter, el presidente estadunidense culpó a Rusia de llevar a cabo el ataque “contra civiles que trataban de ponerse a salvo”.
El mandatario francés, Emmanuel Macron, calificó de “abominable” el ataque y advirtió que Francia trabajará para que se haga justicia en éstas y otras matanzas, como las de Bucha, Mariúpol o Járkov.
«Los civiles ucranianos huyen para escapar de lo peor. ¿Sus armas? Carritos, peluches, maletas”, dijo, al condenar en Twitter el “horror” vivido en Kramatorsk.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también se sumó a la condena y pidió “proteger a los civiles, especialmente a los niños, frente a cualquier ataque”.
LA UE ORDENA MÁS SANCIONES
La Unión Europea ha adoptado ayer la quinta ronda de sanciones contra Rusia que añade a las hijas del presidente ruso, Vladimir Putin, y a más oligarcas a la lista negra europea e incluye, por primera vez, el embargo a la importación de carbón de Rusia en unas restricciones que responden a la masacre de civiles en ciudades a las afueras de Kiev, como Bucha.
Maria Putina y Katerina Tikhonova, las hijas adultas del mandatario ruso, fueron sancionadas en un movimiento en línea con Estados Unidos y en coordinación con los países que conforman el G7.
LONDRES LES ENVÍA MÁS ARMAMENTO
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció ayer el envío de más misiles antitanques y antiaéreos a Ucrania, tras el ataque a una estación de tren que su homólogo alemán, Olaf Scholz, de visita en Londres, calificó de “atroz”.
«Los crímenes de Rusia en Ucrania no quedarán impunes”, dijo Johnson, al anunciar la entrega de material militar por valor de 100 millones de libras (130 millones de dólares), incluidos misiles antiaéreos Starstreak y otros 800 misiles antitanques.
Los dos dirigentes también hablaron sobre las importaciones de combustibles fósiles de Rusia, de cuyo gas depende Alemania en gran medida como fuente de energía.
Londres anunció que quiere poner fin a todas las compras de petróleo y carbón rusos este año, y eventualmente de gas ruso, y pide a los europeos que hagan más en ese sentido.