Omar Abdi, subdirector ejecutivo de la agencia dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que los niños están pagando un precio inconcebiblemente alto en la guerra, con 239 muertes confirmadas y 355 heridos desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero.
Indicó que las cifras reales son mucho más elevadas.
«Estos ataques deben parar», manifestó.
«A la larga, los niños necesitan que esta guerra acabe; sus futuros penden de un hilo».
Abdi explicó que el año escolar se paralizó después de que Moscú invadió a su vecino y, hasta la semana pasada, al menos 15 de las 89 escuelas respaldadas por Unicef en el este de Ucrania sufrieron daños o fueron destruidas en los combates.
«Se ha reportado que cientos de escuelas en todo el país han sido alcanzadas por artillería pesada, bombardeos y otras armas explosivas en áreas habitadas, mientras que otras escuelas están siendo utilizadas de centros de información, refugios, centros de suministro o para propósitos militares, lo que a largo plazo tendrá repercusión sobre el regreso de los niños a la educación», señaló Abdi.