A través de un comunicado de prensa, señaló que, lo que trató de hacer el presidente este fin de semana fue una “demostración” de fuerza e intimidación. Esa es una actitud muy alejada de lo que se espera de un jefe de Estado, pues lejos de asumir una postura de escucha y diálogo, optó por la descalificación y confrontación a sus propios gobernados, indicó el líder empresarial.
En ese sentido, agregó que, tanto la marcha como su discurso, solo abonan a la división y polarización de los mexicanos, pues el primer mandatario debería ser el principal promotor de la unidad del país y no lo demostró.
Agrego que, preocupa el evidente despilfarro de recursos que fueron utilizados para lograr la asistencia de personas de todo el país al Zócalo de la Ciudad de México, “¿de dónde salieron esos recursos?”, cuestionó.
Añadió que, durante la manifestación, abundaron evidencias de la coacción y compra de voluntades, dejando a la vista de todos que el respeto al Estado de Derecho y a la dignidad de las personas no es algo que caracterice al actual régimen.
“No debemos pasar por alto que el líder de Palacio Nacional y su gente están justificando que la marcha fue para rendir un informe por el cuarto año de gobierno, sin embargo, el Informe Presidencial, de acuerdo a lo establecido en la Ley, debe realizarse el día primero de septiembre, lo correcto sería asistir ese día y no a esta improvisación con motivación político partidista”, enfatizó.
Hizo énfasis en que, ante todo este contexto, una situación sumamente lamentable fue ver la presencia de Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial Nacional (CCE), y a otros integrantes del mismo, en un evento claramente partidista.
“Lejos de representar a un sector empresarial, que ha sido constantemente golpeado e insultado por el presidente, prefirieron convalidar a un régimen destructor de instituciones y promotor de la división de los mexicanos; se convirtieron también en acarreados”, sentenció Carrejo Orozco.
Para finalizar, dijo que la COPARMEX privilegiará el diálogo y la discusión sana de ideas que propicien que las mayorías mexicanas determinen si su gobierno está haciendo bien las cosas, no obstante, exigió al presidente y su gabinete que dejen de polarizar al país en su intento de perpetuarse en el poder.