Sólo unos minutos después de que David saliera de su domicilio, en la colonia Pensador Mexicano de la Ciudad de México, su madre recibió la noticia.
A su hijo le habían disparado y su cadáver, con dos heridas de bala, yacía sobre la banqueta de la calle norte 180.
El lugar estaba a sólo unas calles de la vivienda donde vivía David. Por eso, madre, hermanos y demás familiares no tardaron en hallarlo. Ahí les informaron que David y dos cómplices habían amagado a un hombre que intentaba abordar un auto estacionado en la calle.
La víctima se defendió y tras desamar a David le disparó. Las balas ahuyentaron a sus cómplices y los obligaron a correr. Todos lograron escapar menos David. El hombre, de 27 años, fue alcanzado por dos de las cuatro detonaciones que se escucharon en el lugar.
Los disparos alertaron a vecinos y policías que rondaban por las calles y que al llegar al sitio, encontraron aún con vida a David. Ni los paramédicos ni la gente trató de ayudar al hombre.
Ante los agentes, la madre del herido declaró que su hijo había salido de casa para reunirse con su novia.