Realizado por la Red por los Derechos de la Infancia, el informe expone la realidad numérica de los desplazamientos humanos e identifica los riesgos a los que han quedado expuestos, desde 2019 hasta el primer semestre del 2024, periodo en que ha aumentado el contexto de movilidad de las infancias y adolescencias, así como los delitos de desaparición y trata de personas.
Con nueve mil cuatro casos identificados por la autoridad migratoria mexicana, el estado concentra apenas el 2.33 por ciento de las niñas, niños y adolescentes desplazados por las problemáticas de sus naciones de origen y encontrados en el país, la mayor parte acompañados.
En la actualidad, han documentado la presencia de un mayor número de infantes dentro de estos flujos migratorios que viajan dentro de grupos familiares, o bien, por cuenta propia
El informe, realizado con apoyo de instancias internacionales, señala que el periodo estudiado para dar una aproximación a este aspecto del fenómeno migratorio, permite, además de tener una mayor actualización respecto al proceso de movilidad de las personas y estos delitos a los que están expuestos, visualizar los cambios que pudieron
haber durante un mismo gobierno, así como los procesos generados a partir de la pandemia Covid-19.
El informe hace un acercamiento a cuatro perfiles específicos que integran la movilidad NNAS acompañados y solos en México, con el objetivo de proporcionar una perspectiva general sobre la diversidad de perfiles y sus necesidades de protección.
Por otra parte, desarrolla los conceptos, características, y un acercamiento a las cifras respecto a los delitos de desaparición y trata de personas para comprender los factores de riesgo de las infancias y adolescencias en contextos de movilidad.
En otro apartado, muestran recomendaciones que buscan el bienestar de la niñez y adolescencia en contextos de movilidad.
“El informe pretende reconocer en donde se sitúa México e identificar qué falta crear y/o fortalecer en las acciones, mecanismos y capacidades, que garanticen la protección integral de niñas, niños y adolescentes en contextos de movilidad humana para disminuir sus riesgos ante la desaparición y la trata de personas”, asienta.
Los riesgos, extendidos por todo el país
Gran parte de los estados del país representan riesgos para la migración humana. México, dada su ubicación territorial, es una de las principales rutas migratorias en el mundo y también es el cruce terrestre más peligroso debido al número de personas que fallecen o son desaparecidas.
“Según datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos, en el 2024 hasta el mes de junio, se tiene reporte de 782 personas migrantes que han fallecido o desaparecido en la frontera México-estados Unidos, entre ellas 40 son niñas, niños o adolescentes”, cita el informe.
“No obstante, los peligros no se encuentran únicamente en la frontera. Se han identificado condiciones de riesgo que se incrementan para las personas que se encuentran en contextos de movilidad, pues existen regiones del país bajo el control del crimen organizado y otras que enfrentan una disputa territorial entre estos grupos criminales”.
Además, señala que el Índice Global de Criminalidad (2023) apunta que México se encuentra catalogado en el tercer lugar de la lista de los mayores niveles de criminalidad, lugar que lo obtiene por distintos delitos como, por ejemplo, la trata de personas, además de encontrarse entre los países que tienen mayor presencia del crimen organizado.
A la vez, el Comité contra la Desaparición Forzada (ONU, 2022) reconoció que continúa una situación generalizada de desapariciones en gran parte del territorio en el que impera la impunidad y revictimización.
El informe critica que el país ha privilegiado una política de control migratoria restrictiva, disuasiva y de contención más que proteger a las personas migrantes que han sido documentadas en los diferentes sexenios desde Vicente Fox (2000-2006) con el “Plan Sur”; de Felipe Calderón (2006-2012) con la Iniciativa Mérida; de Enrique Peña Nieto (2012-2018) con el Plan Frontera Sur (CHRGM, 2018); y Andrés Manuel López Obrador (2018- 2024) a partir de la implementación y despliegue de la Guardia Nacional junto con fuerzas militares y marinos en las tareas migratorias (FJEDD, 2022), lo que ha generado fuertes enfrentamientos y ambientes de hostilidad por parte de personas funcionarias mexicanas hacia las personas migrantes.
Niños, niñas y adolescentes, en riesgo mayor
En la actualidad, agrega el informe, se ha documentado la presencia de un mayor número de niñas, niños y adolescentes dentro de estos flujos migratorios que viajan dentro de grupos familiares, o bien, por cuenta propia; en el año 2021 se estimó que representaron al menos el 26% de la población e iba en aumento (UNICEF, 2023).
“Por lo que considerando el contexto de violencia en México en el que cada hora desaparece una persona, y que por cada víctima de trata existen 20 más sin identificar (UNODC); es imperativo preguntarse: ¿Qué sucede con las niñas, niños y adolescentes que se encuentran en contextos de movilidad en el territorio mexicano?”, plantea.
El informe ubica el año 2014 como el primero en que el fenómeno mostró un fuerte incremento, con más de 67 mil menores de edad no acompañados, detectados en México y en tránsito a Estados Unidos; para 2020, la cifra se redujo a poco más de 33 mil, debido a la contingencia sanitaria, y para 2021 se disparó hasta casi 150 mil casos detectados y registrados por la autoridad migratoria mexicana.
En 2022 fueron más de 152 mil y en 2023 hubo una leve reducción a cerca de 138 mil casos en todo el país; para el primer semestre de este año, la cifra rebasaba los 90 mil, por lo que, si continuó la tendencia numérica, 2024 marcará un nuevo récord en la migración o desplazamiento humano documentado en el país, procedente de otros países.
En todo el periodo de referencia, Chiapas es el estado con mayor cantidad de casos registrados en el país, con 175 mil 261, seguido de Tabasco, con 46 mil 409; Veracruz, con 39 mil 362; Baja California, con 35 mil 278 y Nuevo León, con 18 mil 60 niños, niñas y adolescentes detectados.
Estos cinco estados del país concentran el 81 por ciento del total de menores de edad, acompañados o no, que han sido registrados por las autoridades mexicanas, en albergues o estaciones migratorias, mientras se encuentran en tránsito; en su gran mayoría han regresado a sus países de origen y en proporciones menores han logrado cruzar a Estados Unidos o se han quedado en México, ya sea en movilidad o asentados en algún lugar.
El otro 19 por ciento ha sido registrado en siete estados del país, siendo cinco los de concentración más significativa: Coahuila, con 15 mil 783 casos; Tamaulipas, con 14 mil 285; Sonora, con 13 mil 065; Oaxaca, con 9 mil 176 y Chihuahua, con poco más de nueve mil casos.
“Las cifras ilustran un estimado de cuantas niñas, niños y adolescentes, quienes aún con la política de contención en México, han logrado llegar hasta la frontera sur de Estados Unidos; niñas, niños y adolescentes mexicanos y extranjeros de quienes se desconoce cuáles fueron las rutas que tomaron, los riesgos y peligros que enfrentaron. De todas ellas, existe una cifra negra, es decir, más niñas, niños y adolescentes que no conocemos si lograron ingresar a Estados Unidos, o aún se encuentran en el país”, señala el informe.
Causas y consecuencias
Conforme a diversos informes sobre el desplazamiento interno en México, si bien las causas son multifactoriales, existen cuatro principales que llevan a que niñas, niños y adolescentes, de forma individual o acompañados se desplacen y son causas que no son excluyentes entre ellas y pueden presentarse en forma conjunta.
En todas ellas, se recalca las deficiencias del Estado y la debilidad institucional para evitarlas: el reclutamiento por el crimen organizado para realizar actividades ilícitas, o bien, ser víctimas de explotación sexual; la violencia generalizada por parte de grupos criminales, destacando amenazas, extorsiones, robos, secuestros; la violencia intrafamiliar, sobre todo aquella basada en género y los desastres generados por el clima.
El informe destaca que México también es un país de origen, pues sus nacionales de manera voluntaria o forzada, buscan dirigirse hacia Estados Unidos. Estos procesos, involucran también a niñas, niños y adolescentes quienes viajan solos, o acompañados a partir de motivaciones que son diversas como el buscar reunirse con familiares, incorporarse al mercado de trabajo y proporcionar ayuda económica a su familia, huir de la violencia que viven en el ámbito privado, o bien, huir por causas de su comunidad que los coloca a ellos y/o a su familia en riesgo.
“Analizadas las causas, condiciones, situaciones y datos presentados, se cuenta con un acercamiento al universo heterogéneo de niñas, niños y adolescentes en contextos de movilidad en territorio mexicano, quienes pueden ser personas extranjeras o nacionales, viajar en grupo familiar o de manera no acompañada y tener causas multifactoriales que les motiva a salir de sus hogares, transitar o establecerse en México”, asienta el informe.
“Las cifras que se han mostrado por las fuentes oficiales pueden considerarse como un estimado de la realidad migratoria en México, pues se considera que las cifras reales sean mayores debido a los desafíos que implica el seguimiento y monitoreo en los contextos de movilidad y la clandestinidad que las personas buscan tener para lograr su objetivo”, advierte.
Asimismo, considera que los riesgos para las poblaciones migrantes ya no son exclusivos de ciertas regiones en México, sino que el territorio completo es una zona de riesgo para las personas en contexto de migración, y más bien existe el catalogar las entidades como más o menos peligrosas, pues se ha demostrado que, las personas en contextos de movilidad se han convertido cada vez más en un negocio lucrativo.
“Los perpetradores –usualmente grupos criminales locales o transnacionales, e incluso autoridades— dan por hecho que al migrar las personas portan cantidades fuertes de dinero, o bien, cuentan con familiares en sus lugares de origen o en el extranjero quienes pueden enviarles recursos monetarios para pagar los rescates”, agrega. “Los peligros a los que están expuestos amenazan su seguridad, su integridad física, su libertad y sus derechos humanos. Entre los más comunes que enfrentan son el robo, la extorsión, el secuestro, la trata de personas, la desaparición; o adversidades como los climas extremos, falta de comida, agua y cobijo; e inclusive actitudes xenófobas y racistas”.
Si bien los riesgos afectan a todas las personas en contextos de movilidad, hay ciertas condiciones como la edad, género, nacionalidad, orientación sexual e identidad de género, situación migratoria, la existencia de alguna discapacidad, e inclusive la situación económica de las personas que, las expone a mayores intensidades de riesgos.