• En los últimos cinco años en la Ciudad de México se ha registrado un incremento de hasta el 50 por ciento de accidentes causados principalmente por conducir a gran velocidad, cansado, desvelado y bajo la influencia del alcohol o algún estupefaciente.
• El doctor Juan Antonio Mendoza Breton, director médico del Hospital de Traumatología “Dr. Victorio de la Fuente Narváez”, indicó que este tipo de accidentes se presentan con mayor frecuencia en población joven, entre los 30 a 39 años.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llamó a la población a tomar sus precauciones en esta época decembrina debido al aumento de accidentes automovilísticos y de motocicleta, causados principalmente por conducir a gran velocidad, cansado, desvelado y bajo la influencia del alcohol o algún estupefaciente.

El doctor Juan Antonio Mendoza Breton, director médico del Hospital de Traumatología “Dr. Victorio de la Fuente Narváez”, informó que en los últimos cinco años en la Ciudad de México se ha registrado un incremento del 35 al 50 por ciento de accidentes de este tipo en esta temporada, ya que la mayoría de las personas van a fiestas, reuniones o viajes con la familia y amigos al usar auto o motocicleta.

Por ello, el director médico del IMSS invitó a la ciudadanía a evitar ingerir algún tipo de sustancia mientras se conduce cualquier tipo de vehículo automotor o bicicleta, en caso de hacerlo asignar a otra persona para que maneje. Además de utilizar las medidas de seguridad necesarias durante la conducción, tanto para el piloto como para los acompañantes.

Señaló que en el manejo de un automóvil todos los pasajeros deben utilizar el cinturón de seguridad, no llevar a menores de edad en el asiento del copiloto y menos si no utiliza el cinturón. En la parte trasera ir bien sentados, evitar levantarse y utilizar las sillas especiales para bebé.

Abundó que para el caso de motocicleta o bicicleta se debe utilizar casco, trajes especiales, rodilleras y coderas ya que son factores que permitirían tener menos lesiones asociadas en caso de sufrir algún accidente o en su defecto evitar que suceda.

Mendoza Breton indicó que este tipo de accidentes se presentan con mayor frecuencia en población joven, entre los 30 a 39 años, quienes están en edad productiva y cuentan con su propio medio de transporte para desplazarse. Sin embargo, se han visto a menores de edad, de 15 o 16 años, que utilizan vehículos como motocicletas o bicicletas y han sufrido algún incidente.

Informó que en el Hospital de Traumatología llegan pacientes poli traumatizados que vienen con una o múltiples lesiones como traumatismos craneoencefálicos, fracturas a nivel de huesos largos como el húmero, fémur, tibia; o lesiones con trauma torácico a nivel del pecho o abdominales, muchas de éstas provocadas al salir disparados si están utilizando una motocicleta y colisionan con un automóvil.

“También llegan pacientes con fracturas de tobillo, de radio distal (muñeca), clavícula y aquellas expuestas que al momento de romperse esa parte del hueso, éste sale de la piel y tiene contacto con el medio ambiente, lo que puede ocasionar que haya mayor riesgo de infecciones o una lesión vascular que comprometa la extremidad”, agregó.

Explicó que en el Hospital de Traumatología en Magdalena de las Salinas se atiende a un promedio de 500 pacientes al día en urgencias y durante esta época más del 50 por ciento están asociados en primer lugar las fracturas de cadera en adultos mayores, en segundo término los accidentes automovilísticos y el tercer causante son quemaduras por líquidos calientes y uso de fuegos artificiales.

El doctor Juan Antonio Mendoza expuso que cuando se ingiere alguna bebida alcohólica el organismo absorbe el alcohol a nivel gastrointestinal para posteriormente llegar al torrente sanguíneo y hacia el sistema nervioso, lo cual genera primero una sensación de euforia pero después aletarga a la persona.

“Eso nos condiciona a tener algún tipo de relajación, sueño, alteraciones en nuestra percepción al no distinguir las distancias de los objetos, no percatarnos si va pasando algún transeúnte o si el semáforo cambió de color. Todo eso nos va a condicionar a que tengamos accidentes automovilísticos con mayor riesgo”, dijo.

El director médico del Hospital de Traumatología añadió que al asociar el uso de esta sustancia al utilizar un automóvil, motocicleta o incluso una bicicleta se perderá el sentido de la sensibilidad de lo que pasa alrededor. Eso a su vez va a generar que haya alteraciones visuales, olfativas, motrices, que va a hacer que ante un evento se tarde en dar una respuesta, es decir, en reaccionar.

Refirió que en un accidente automovilístico se ha visto que los movimientos deben ser rápidos y en segundos y, si la persona está aletargada por el consumo de este tipo de sustancias el organismo va a tardar en responder mucho más tiempo y por lo tanto se tendrá un accidente.

“Es importante saber que no nada más está en riesgo la vida de quien conduce sino de las personas que están alrededor, familia, amigos o gente que simplemente está yendo o regresando de su trabajando o va a hacer algún otro tipo de actividad y que puede verse comprometida como daño a terceros por alguna lesión”, concluyó.

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