El Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, en sus siglas en inglés), una agrupación que congrega a más de 700 periodistas de 600 medios de comunicación de todo el mundo, llegó a la conclusión de que la congregación religiosa mexicana Los Legionarios de Cristo, fundada por el ex sacerdote Marcial Maciel, condenado en su día por pederastia y abuso de menores, utilizó la red de fraude fiscal internacional de las élites mundiales para blanquear sus millonarias prestaciones por sus negocios.
En el caso de la congregación religiosa se nutre económicamente de sus feligreses, pero sobre todo de los numerosos negocios en el sector educativo, entre ellos la Universidad Anáhuac, el Colegio Cumbres y una red de escuelas de nivel medio y superior en México, Colombia, España, El Salvador, Venezuela, Argentina y Chile.
La investigación periodística desveló lo que hasta ahora era un secreto a voces, las cuentas opacas de una congregación religioso que lleva muchos años en el centro de la polémica; primero por su proximidad con el que ex papa Juan Pablo II, pero sobre todo a raíz de los escándalos de pederastia, abuso de menores y fraude en los que estuvo inmerso su fundador Marcial Maciel, un sacerdote que en día tenía una enorme influencia en el clero mexicano y en el poder político de entonces, y que tenía hilo directo con el Vaticano.
En el trabajo también se advierte que en la última década, los Legionarios de Cristo tejieron una opaca red de fideicomisos y empresas subsidiarias que operaban desde un paraíso fiscal sin dejar rastro de quién estaba detrás. Así lo cuenta el diario El País, que participó de la investigación: “Sacerdotes y empresarios cercanos a la institución crearon entre 2010 y 2011 un intrincado esquema que en pocos años acumuló más de 295 millones de dólares en activos con inversiones en sectores como el inmobiliario, el tecnológico o el petrolero”.
Según la investigación, el elegido para la desarrollar la trama ilegal fue el cardenal Velasio de Paolis, entonces responsable de las finanzas vaticanas y hombre de confianza del Pontífice. “Debía sanear la congregación y poner en orden un enorme patrimonio económico. El proceso duró dos años y medio, y el informe final prometía la renovación de la institución. Los Papeles de Pandora revelan ahora cómo, mientras presumían de tener la casa limpia, montaron un esquema para absorber dinero a través de tres fideicomisos en Nueva Zelanda. Un destino regular para aquellos que buscan evadir impuestos sobre la riqueza”.
En la investigación se explica que “el fideicomiso RMCT se nutría de otros dos, establecidos también en Nueva Zelanda con el mismo agente y bajo la misma dirección que el primero”.
El histórico arquitecto de las finanzas legionarias, el sacerdote mexicano Luis Garza Medina, y dos de sus hermanos empresarios abrieron el 15 de noviembre de 2011 Salus Trust y AlfaOmega Trust, dos fideicomisos que se utilizaban para invertir en cientos de proyectos en todo el mundo. En esa estructura inyectaron millones de dólares que, según explican, provenían de “una herencia familiar”.
De acuerdo con las actas de creación, ambos fideicomisos contaban con 100 dólares de capital inicial y los fondos incorporados posteriormente consistían en “transferencias bancarias” de dinero en efectivo y posiblemente acciones del grupo empresarial mexicano ALFA, fundado por la familia de Garza Medina.
Y así fueron acumulando hasta 295 millones de dólares que utilizaron para ampliar su influencia financiera y empresarial en los sectores de la energía en México, el petróleo y las nuevas tecnologías.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]