La movilización es una respuesta directa a los eventos ocurridos entre el 6 y el 8 de septiembre, que dejaron múltiples víctimas fatales. Ante este pico de violencia, las fuerzas especiales estatales y federales actuaron de inmediato, desplegando más de 300 efectivos élite, entrenados en técnicas avanzadas de combate y en la captura de objetivos de alta prioridad.
Este operativo forma parte del modelo de seguridad «Centinela», una estrategia que busca salvaguardar la vida y tranquilidad de la ciudadanía, priorizando en todo momento la protección de los habitantes para restaurar la paz en la región.