Los buzones llamados “baby boxes” fueron instalados para que los padres que no deseen a sus hijos los coloquen en la caja y luego sean recogidos por autoridades, mismas que se harán cargo de los menores.
La iniciativa surgió de Mónica Kelsey, fundadora de la organización “Safe Haven Baby Boxes”, quien fue abandonada por su madre al nacer y se ha dedicado en los últimos años a evitar la muertes de niños que son, en muchas ocasiones, abandonados en basureros o en cualquier calle del país.
Aunque hay quienes aseguran, de forma anónima, que en muchas ocasiones el abandono de los menores «no es de forma voluntaria», pues es fruto de una violación y las madres no desean al menor.
Los buzones, que cuentan con reguladores de temperatura y alertan a las autoridades a los 30 segundos de dejar a un menor es su interior, se encuentran instalados en la entrada de hospitales, estaciones de bomberosy de policía.
Una vez que el bebé ha sido dejado en su interior, el compartimento se cierra y queda sellado. Sólo es posible su apertura desde el interior del centro donde fue colocado para recoger al bebé.
Con un total de siete «baby boxes», Indiana lidera este proyecto se inició en el 2016 bajo una ola de críticas pero también con apoyo de activistas que defienden a las madres que no pueden hacerse cargo de sus hijos, aunque otros las acusan de no cuidarse para no embarazarse y después abandonar a los niños a su suerte.
En Ohio existen dos cajas, seis en Indiana y se espera instalar en las próximas semanas varias en Pensilvania.
Información de Milenio