La Célula de Información de Seguridad del Gobierno iraquí informó de que «el cuartel de entrenamiento de Al Tayi fue blanco del lanzamiento de cohetes Katiusha».
Una fuente del ministerio de Interior de Irak dijo que dos proyectiles cayeron en el interior del cuartel sin que se conozca de momento el alcance de los daños materiales o pérdidas humanas.
Este tipo de incidentes se vienen repitiendo prácticamente todas las noches en los cuarteles y bases iraquíes donde hay también tropas estadounidenses, después de que Washington matara el 3 de enero en un bombardeo en Bagdad al general iraní Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Al Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, y a otro líder chií iraquí.
Sin embargo, anteriormente ya se producían ataques contra intereses estadunidenses, aunque con menos frecuencia, y cohetes Katiusha fueron lanzados contra Al Tayi el pasado mes de junio y mayo.
Precisamente, Washington ha alegado que el asesinato de Soleimaní buscaba, entre otras cosas, poner fin a las amenazas contra los intereses de Estados Unidos en Irak y Oriente Medio, y evitar la muerte de ciudadanos de este país.
El 27 de diciembre, un contratista estadunidense murió en uno de esos ataques contra una base militar de Kirkuk, en el norte de Irak, siendo la primera víctima mortal norteamericana.