Tras el hallazgo del cuerpo, el sábado 3 de julio en el lecho del río Chuviscar a la altura de la colonia ampliación Rubén Jaramillo, se dijo que lograr la identificación sería muy difícil debido a las malas condiciones en las que se encontraba y que se requerirían pruebas genéticas para lograrlo, condición que llevaría por lo menos tres meses.
Hasta ese momento la familia no había tenido al cuerpo. Sin embargo, fue mediante las piezas dentales de la víctima que finalmente se pudo confirmar que efectivamente los restos pertenecían a la jovencita.
De acuerdo con información de servicios periciales fue mediante el examen de tres piezas de la arcada inferior de la mandíbula que se obtuvo la información suficiente para confirmar la identidad y posteriormente entregada a sus familiares. Gaby finalmente fue inhumada.