El hombre, de 54 años, declaró que quería suicidarse y con ese fin el pasado 24 de junio abrió el conducto del gas, lo que provocó una gran explosión.
«Pido perdón a todos los residentes. Sé que soy el responsable. No fue mi intención», dijo el acusado, que resultó herido de gravedad. En total, 21 vecinos murieron y otros 30 se quedaron sin casa.
Además, un hombre salió despedido hacia la calle y sufrió lesiones graves por las cuales depende de la asistencia médica para vivir.