Sobre el planteamiento del problema de que grupos delictivos cobran «derecho de piso» a iglesias en el estado de Jalisco, López Obrador señaló que su gabinete de seguridad aún no trata ese tema.
«Hay que tener cuidado porque puede no ser cierto o no un asunto generalizado», apuntó que es la primera vez que escucha este tipo de denuncia.
«No por el hecho de ser religiosos, ya son infalibles», dijo y aseguró que investigarán al respecto. No obstante, recordó que tienen una campaña en contra de él, «que pueden inventar cualquier cosa», y denuncia que se aprovechan de asuntos delicados.
«El caso más claro, es el de los jesuitas asesinados, lamentablemente, que nos dolió mucho en Chihuahua, inmediatamente la campaña en contra de nosotros».
Entonces, AMLO acusó: «Incluso, otros ahí en Chihuahua, que saben bien qué es lo que sucedió no fueron capaces de decir ‘esto se origina porque las autoridades locales protegieron a esta persona'».
Recordó que «El Chueco», José Portillo, contaba con una orden de aprehensión, pero actuaba en plena libertad en la zona de Urique y hasta participaba en política.
«Como ayudaba a partidos conservadores, tenía protección o actuaba con tolerancia, pero eso no son capaces de decirlo los sacerdotes y no generalizo», enunció López Obrador.
Cuestionó las sugerencias de los religiosos de resolver los problemas con violencia. «¿Por qué esa hipocresía? Eso no se le debe permitir a nadie y mucho menos a un religioso».