Doce meses después del inicio de la invasión, se multiplican las muestras internacionales de apoyo a Kiev y de firmeza contra Moscú.
Estados Unidos anunció este viernes nuevas sanciones a Rusia, a sectores como la banca y la industria de defensa, para limitar el acceso de Moscú a tecnología estratégica como los semiconductores.
«Hemos resistido. No hemos sido derrotados. Y haremos todo lo necesario para lograr la victoria este año», afirmó el Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un mensaje difundido en redes sociales.
«Ucrania ha inspirado al mundo. Ucrania ha unido al mundo», agregó, calificando a las ciudades escenario de presuntos crímenes de guerra rusos, como Bucha, Irpin y Mariúpol, de «capitales de la invencibilidad».
Con la misma determinación, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, prometió una contraofensiva: «Atacaremos con más fuerza y desde mayores distancias, en el aire, en la tierra, en el mar y en el ciberespacio. Habrá nuestra contraofensiva. Estamos trabajando duro para prepararla».
Las tropas rusas entraron en Ucrania el 24 de febrero de 2022.
Actualmente numerosas ciudades ucranianas están en ruinas, una parte del país vive bajo ocupación rusa y el balance de muertos y heridos en cada bando supera los 150 mil, según estimaciones occidentales.
«Guerra ilegal»
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aseguró este viernes en un comunicado que está «decidida a apoyar a Ucrania», llamando al gobierno ruso a poner fin inmediatamente a su «guerra ilegal» y exigiendo que las autoridades de Moscú respondan por sus «crímenes de guerra».
El Primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki, visitó Kiev este viernes y anunciará la entrega de una primera tanda de tanques Leopard 2 a Ucrania.
En París, la Torre Eiffel se iluminó con los colores amarillo y azul de la bandera ucraniana.
«Pueblo de Ucrania, Francia está a vuestro lado. Por la victoria. Por la paz», tuiteó el Presidente francés, Emmanuel Macron.
En Londres, se llevará a cabo un minuto de silencio frente a la Embajada rusa en presencia de diputados y diplomáticos.
En Alemania, donde se prevé una protesta frente a la Embajada rusa en Berlín, el jefe de gobierno, Olaf Scholz, dijo en un vídeo que Putin «no alcanzará sus objetivos imperialistas».
Y otros dirigentes, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, o el Rey Carlos III también tuvieron palabras de solidaridad para los ucranianos.
La Asamblea General de la ONU aprobó ayer jueves por 141 votos a favor, 7 en contra y 32 abstenciones una resolución que exige que Rusia «retire de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares» de Ucrania.
China, que ha tratado de posicionarse como parte neutral en el conflicto mientras mantenía estrechos vínculos con Rusia, presentó el jueves una propuesta de doce puntos para una «solución política» al conflicto en la que urge al diálogo, advierte contra el uso de armas nucleares e insta a no atacar a civiles.
El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, mostró su escepticismo ante ese plan.
«China no tiene mucha credibilidad porque no ha sido capaz de condenar la invasión ilegal de Ucrania. Y además, firmó días antes de la invasión un acuerdo (…) de asociación ilimitada con Rusia», recordó a los periodistas en Tallin.
«Vivir con miedo»
Los servicios de información ucranianos señalaron el riesgo de «provocaciones a gran escala» por parte de Rusia durante la jornada, incluyendo campañas de bombardeos.
Los ucranianos admiten su cansancio tras un año al ritmo de alertas antiaéreas y privados con frecuencia de electricidad y agua por los bombardeos, pero confían en un desenlace favorable del conflicto.
Oksana, una habitante de Kramatorsk (este) de 60 años, reconocía «vivir con miedo» y esperaba «la paz».
Galyna Gamulets, de 64 años y residente en Bucha, expresó orgullo por su nación y aseguró que su país tendrá «éxito» en repeler a los invasores.
Según un sondeo reciente en el país, el 17% de los ucranianos ha perdido a un ser querido en la guerra y un 95% confía en la victoria.
Rusia apostaba inicialmente por una victoria rápida que permitiera mantener a Ucrania dentro de su esfera de influencia.
Un año después, y tras significativos e inesperados reveses militares, aún espera conquistar las cuatro regiones del este y el sur, que proclamó bajo su soberanía, en especial alrededor de la ciudad de Bajmut, asediada desde hace meses.