Además de la desgracia que representa la muerte de uno de estos animales, las autoridades ambientales están preocupada pues no tienen idea de cómo llegó allí el cetáceo que ahora buscan estudiar con la ayuda de los biólogos de la ONG Bicho D’água, pero las condiciones geográficas del lugar han impedido el rescate del cadáver.
Hasta el momento, se cree que el ejemplar muerto tenía tenía alrededor de un año y que pudo llegar al lugar a través de la desembocadura del río Amazonas tras ser arrojada a tierra cuando las mareas retrocedían. El cadáver se encuentra a al menos 15 metros de la playa del río en la isla de Marajó.
Otra cosa que ha extrañado a especialistas, es que es poco común que se encuentre esta especie al sur del continente en esta época del año, por lo que se especula que podría haberse perdido durante la migración.
Aunque en los últimos años en número de ballenas jorobadas ha aumentado, la especie aun se encuentra en la lista roja en peligro de extinción.
Con información de Código Espagueti.