Según las órdenes de registro, este mes una persona anónima llamó al 911 para denunciar las condiciones en las que se encontraba el niño y a su vez indicó que su marido le había llevado algo de comida «en el pasado».
Así, los agentes acudieron a la vivienda donde encontraron al menor de 9 años en camiseta, jeans y sin zapatos. Las temperaturas ya llegaban a estar bajo cero, y el suelo estaba cubierto de escarcha.
Posteriormente, los oficiales vieron a una mujer en la puerta trasera con otro niño. A pesar de que apagó las luces de la casa y trató de esconderse, los policías forzaron la entrada del inmueble y detuvieron a Sarah Starr, la madrastra del menor, quien estaba junto con un bebé de ocho meses. Al mismo tiempo, un tercer niño de cuatro años fue encontrado debajo de una cama.
Los servicios de emergencia sacaron los menores de la casa, mientras la Oficina del sheriff aseguró que los niños estaban en buen estado de salud.
Según Starr, solo su tía, Shelley Barnes, conocía la combinación de la cerradura de la perrera donde vivía el niño. Le dijo a un detective que supuestamente ella y su marido estaban «molestos por eso». La víctima liberada relató a un agente que no tenía una habitación en la casa «porque vivía afuera».
Más tarde, llegó el padre del menor y afirmó que tenía un abrigo y comida para el niño. Asimismo, aseguró que su hijo había estado en la perrera desde las 22:30 horas de la noche anterior.
Medios locales reportaron que los pequeños fueron puestos bajo custodia del Departamento de Servicios Sociales. Su padre, su madrastra y la tía de la mujer, que es la dueña de la propiedad, fueron arrestados y acusados de abuso infantil.