Porque mientras los auriazules jugaron ell duelo de vuelta con el alma, comandados por el irreconocible Alan Mozo (autor de las tres asistencias), el líder pagó el planteamiento de equipo chico que su técnico Santiago Solari planteó en la ida de estos Cuartos de Final.
Al América lo favorecía todo: el no haber perdido un solo partido de 18 disputados en este año como local en Liga MX, el reglamento que le permitía avanzar pese al empate en el global, el cierre de la serie en el Azteca, el gol tempranero y hasta la diferencia de plantilla, tres veces más cara que la auriazul.
Solo que a las Águilas les faltó ese tesón que los Pumas tuvieron en la recta final del torneo, en aquel segundo tiempo de la última jornada ante Cruz Azul, en la visita a Toluca en el Repechaje, en el juego de ida en el que intentaron más y en este de vuelta en el que propusieron un partido a matar o morir, de valientes, concepto por el que tanto se criticó a los azulcremas el pasado miércoles.