Se trataba de una prueba de vuelo suborbital a gran altitud en el condado de Cameron, Texas.
La nave estaba diseñada para probar diversos objetivos, como el funcionamiento de los tres motores Raptor del vehículo y las capacidades generales de entrada aerodinámica del vehículo, incluidas las aletas de la carrocería.
Pero sorprendió el aterrizaje de la Starship, pues parece que no logró frenar la caída lo suficiente:
Por medio de un comunicado, SpaceX dijo: «Con una prueba como esta, el éxito no se mide por el cumplimiento de objetivos específicos, sino más bien por cuánto podemos aprender en su conjunto, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avance rápidamente en el desarrollo de Starship».
«La presión del tanque de combustible fue baja durante el aterrizaje, lo que causó que la velocidad de aterrizaje fuera alta», explicó Elon Musk, CEO de SpaceX.