Ciudad Juárez.- En el marco del 12 de junio, fecha en que se conmemora el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, acumula Juárez a más de 20 mil niñas y niños que trabajan en la calle, esto acorde con datos del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal.

La búsqueda e identificación de infantes en dicha condición comenzó a cuantificarse en enero de 2022 y a la fecha y tras un estudio, se detectó que el Centro Histórico de Ciudad Juárez es donde se registra mayor incidencia de niños que se dedicaban a alguna labor en la vía pública.

El lugar de mayor presencia es el puente internacional Paso del Norte, donde hay registro de 91 menores retirados del sitio, entre quienes 25 eran vendedores, 41 acompañaban a algún adulto y nueve mendingaban.

Otro de los puntos es el corredor 16 de Septiembre, donde contabilizaron a 29 infantes; en el puente internacional Córdova-Américas rastrearon a 33 y en la zona del Arroyo de las Víboras Bernardo Norzagaray fueron siete.

El DIF estatal ha retirado a 628 menores de edad que trabajaban en las calles; 37 quedaron resguardados en centros de cuidado y 23 fueron tutelados, esto hasta el indicador de febrero del presente año.

Sin embargo, ante tal situación Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Red de los Derechos de la Infancia (Redim) en México, considera que antes de proceder al retiro de un infante de su seno familiar, es importante analizar todas las vertientes que lo orillan a realizar alguna clase de jornada laboral.

“Puede haber casos en que se detiene a estas familias, se les separa bajo el argumento de que sus padres podrían estar explotándoles y haciendo abuso de ellos y se les separa, llevando a los niños a veces a albergues del propio DIF en donde sus condiciones no son mejores y la solución no termina siendo una solución, sino que se agrava el problema”, declaró.

Por eso considera que la solución no está en prohibir el trabajo, castigarlo, separar a las familias en los albergues, sino que está en resolver la raíz del conflicto, la cual es la desigualdad en México que arroja a condiciones de pobreza extrema.

“Desde Redim tenemos una mirada un poco crítica o que intenta problematizar el trabajo infantil más allá de decir si es bueno o malo; por supuesto, lo ideal sería que niños y niñas se desarrollen adecuadamente en sus escuelas o en sus casas, pero la realidad es que la desigualdad en nuestro país hace que eso sea imposible”, dijo.

Agregó que si todas las familias tuvieran garantizados una buena alimentación, un hogar digno, educación y salud, los niños no tendrían la necesidad de salir a trabajar.

Actualmente, los trabajos prohibidos para los menores de edad son donde puedan estar expuestos a agentes químicos y contaminantes, jornadas en el campo, la construcción y los bares.

Los adolescentes entre 15 y 17 años pueden trabajar en ocupaciones que no pongan en riesgo su integridad física ni su desarrollo.

La Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y la Ley Federal del trabajo prohíben que infantes de 5 a 15 años laboren.

Niños de algunas comunidades indígenas participan en las labores productivas de sus pueblos; sin embargo, Ramírez afirmó que esto forma parte de su ente cultural y no significa que represente explotación laboral de los menores.

“Por eso en Redim llamamos a ver un poco más allá y problematizar: una niña, un niño entre los 5 y los 15 que está acercándole los hilos a su madre o a su abuela para bordar, que aprende a hacer nudos para hacer una pulsera, pues no tendría que estar perseguido por ley”, dijo.

La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2020, publicada por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), indica que en México hay al menos 2.2 millones de niñas, niños y adolescentes menores de 17 años que trabajan. 

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