Así, el Instituto Nacional Electoral (INE) se trazó una ruta de mediano y largo plazo que contempla a mediados de 2019 estudios y un modelo de votación electrónica a fines de año para su desarrollo y fase de pruebas en 2020.
El INE comenzará a trabajar en ello con dos años de anticipación para aplicar la nueva modalidad de votación electrónica en ocho entidades que tendrán elecciones en 2021, en donde la ley permite la votación de connacionales residentes en el exterior.
Eso servirá como plataforma de prueba para permitir en la jornada de 2024 que los mexicanos extranjeros puedan votar en comicios federales por la vía online, según ha expresado el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova.
En entrevista, el consejero Enrique Andrade González estableció que con miras a esa meta en el INE se va “a trabajar todo el año para ver si [se puede] lograr ese desarrollo y si [se tiene] el acompañamiento de los partidos”.
Pero recordó que se tiene que desarrollar conceptualmente el sistema, ver cuál es la mejor tecnología y valorar cuáles serían los requisitos mínimos, para entonces establecer “qué es necesario adquirir en el INE o qué podemos desarrollar para ver si se puede tener un sistema de votación electrónico tentativo para los primeros seis meses de 2019, que podamos probar, y luego la necesidad de que sea auditado por dos empresas de prestigio internacional”.
Es decir, aún falta mucho en el camino de abaratar las elecciones por la vía de un mecanismo de voto en línea.
Mientras tanto, el INE está obligado por la Constitución a operar una “elección analógica”, en la que el sufragio se da en papel y él cómputo es manual; esto es, voto por voto.
Andrade González estimó que tal como está hoy la ley, la modalidad de voto electrónico sería la forma más viable para reducir el costo de los comicios o incluso de las consultas.
“La utilización de tecnología es la mejor alternativa que el mercado ha desarrollado, existe y nada más habría que adaptarlo a las necesidades concretas que podríamos tener en caso de haber una consulta que, de acuerdo con lo que he escuchado, sería en marzo y la posibilidad de hacerla pudiera ser vía internet”, estableció.
Se requerirán tiempo y recursos para que el sistema sea auditado y confiable.
Hoy las reglas obligan al organismo electoral a organizar votaciones analógicas y, en procesos federales, a visitar a 13 % de los ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Electores (LNE), para capacitar a los que fungirán como funcionarios de mesas de casilla, lo que implica la contratación de miles de capacitadores, asistentes y supervisores que recorren el país.
En 2018 obligó al INE a la contratación de 45 mil capacitadores durante casi cinco meses para visitar 11.4 millones de ciudadanos, de modo que para capacitación y organización de los comicios federales y locales se destinaron más de mil millones de pesos.
El segundo elemento que encarece los procesos electorales es la impresión de papelería electoral, al menos 89 millones de boletas —una para garantizar el derecho al voto de cada ciudadano en LNE— y para cada nivel de elección, además de que todas deberán imprimirse en papel seguridad.
Así, en el proceso 2018 se imprimieron más de 200 millones de boletas en ese papel infalsificable, puesto que es el que se usa para los billetes.
A eso se suman costos de mamparas, tinta indeleble, marcadores, crayones, y en traslado y custodia de las boletas, además del traslado de paquetes electorales para su cómputo en consejos distritales. Los costos de una elección se extienden hasta meses o años después, una vez que se aprueba la destrucción de paquetería y material electoral.
Información de El Universal