«Proporcionaremos a los ucranianos sistemas de misiles y municiones más avanzados que les permitirán atacar con mayor precisión objetivos clave en el campo de batalla en Ucrania», escribió Biden sin especificar el tipo de sistemas aludidos.
Pero un alto responsable de la Casa Blanca aclaró que se trata de los sistemas Himars (High Mobility Artillery Rocket System), que son múltiples lanzacohetes montados en vehículos blindados ligeros.
Los Himars usarán municiones guiadas de precisión con un alcance de 80 km, indicó el funcionario bajo condición de anonimato. Washington decidió no enviar municiones con mayor alcance.
«Los ucranianos utilizarán estos sistemas para repeler los avances rusos dentro territorio ucraniano, pero no se utilizarán contra (el territorio de) Rusia», dijo el funcionario.
Al indicar que quería que Ucrania estuviera «en la posición más fuerte posible» en caso de negociaciones con Rusia, Biden aclaró: «No estamos alentando a Ucrania y no le estamos dando a Ucrania los medios para atacar fuera de sus fronteras».
Este equipo forma parte de un nuevo componente más amplio de la asistencia militar estadounidense a Ucrania, por un total de 700 millones de dólares, cuyos detalles se darán a conocer el miércoles.
En momentos en que Ucrania enfrenta una ofensiva rusa muy intensa en el este del país, Biden aseguró en su columna del NYT que «no presionará al Gobierno ucraniano, ya sea en privado o en público, para hacer concesiones territoriales».
Las fuerzas rusas tienen el objetivo declarado de controlar la cuenca minera de Donbás, de la cual las fuerzas separatistas prorrusas respaldadas por Moscú tomaron el control parcial en 2014.
El martes, se apoderaron de una gran parte de la ciudad estratégica de Severodonetsk.
Los ucranianos pedían desde hacía algún tiempo lanzacohetes que les permitieran atacar las posiciones rusas colocando las baterías más lejos del frente.
El Congreso estadounidense lanzó recientemente un paquete de 40 mil millones de dólares para financiar el envío de armamento a Ucrania.