Reportó el medio especializado ‘El CEO’ que el 86% de la inversión de Estados Unidos que ha llegado este año a México se concentra en tan solo cinco entidades federativas.
En la lista están Ciudad de México, Baja California, Estado de México, Chihuahua y Nuevo León.
Chihuahua es el principal exportador de bienes a los Estados Unidos, líder en múltiples sectores como el eléctrico y electrónico, y entre los principales en la industria aeroespacial y automotriz.
En el segundo trimestre del 2024 (abril-junio) fue el estado donde más aumentaron las nuevas inversiones, derivado del nearshoring, con 251.2 millones de dólares.
En dichas entidades hay problemas por resolver como la crisis hídrica -Chihuahua es el estado más azotado por la sequía en todo el país hasta la actualidad-, la necesidad de infraestructura o la inseguridad.
Sobre la inseguridad, destaca la publicación que hay estados que tienen buena infraestructura, proyectos prometedores y suficientes recursos pero que precisamente por la violencia del crimen organizado no han recibido nueva inversión estadounidense, como Guerrero, Guanajuato, Zacatecas y otros.
La inversión ha venido creciendo bajo el denominado “nearshoring” con empresas llegando a México u otros lugares derivado de la guerra comercial de Estados Unidos con China y otros factores como la diversificación de las cadenas de suministro para evitar cortes de flujos comercial como los ocurridos con la pandemia o las guerras de Ucrania y medio Oriente.
Las políticas de gobierno que ha prometido Donald Trump que podrían afectar el nearshoring son la revisión del T-MEC en el 2026, la amenaza de aranceles del 100% y 200% en la fabricación de automóviles, y del 25% a todas las importaciones mexicanas si no frena el flujo migratorio.
La otra posibilidad es que no cumpla las amenazas como ocurrió en varias ocasiones en su anterior gobierno, usándolas más como parte de su estrategia de negociación política.