Explicó que los recursos obtenidos por el seguro catastrófico del año pasado, que sumaron alrededor de 32 millones de pesos, no alcanza a cubrir las necesidades que existen en todo el estado.
El funcionario dijo que esos recursos han sido utilizados principalmente en municipios serranos y que las comunidades que tienen mayores oportunidades de adaptación a la sequía son las que se están quedando al final.
Solís Bustamante dejó claro que no se abandona a los demás sectores, pero que zonas de riego se ven beneficiadas por el agua de las presas o de los pozos, lo que ayuda a disminuir la urgencia en el campo.
Dijo que uno de los problemas para este año es que no se está operando el seguro ganadero, que se asignó directamente por la Sader a la Confederación Nacional Ganadera, para que a través de su fondo de aseguramiento cubriera la parte pecuaria.
Detalló que la indemnización del 2018 se a aplicado en la Sierra Tarahumara de manera especial, sobretodo en la región del barranco, en donde históricamente eran donde las lluvias se presentaban en mayor proporción, pero que el año pasado fue la zona más afectada.
Municipios como Batopilas, Morelos, Urique, Guazaparez, Chínipas, Moris, Uruachi, parte de Ocampo y Carrichí, fueron los lugares más afectados y en donde se presentó el mayor número de apoyos para disminuir el problema.
Mencionó que actualmente siguen presentándose afectaciones, como parte de la crisis del año pasado, principalmente con la producción de frijol de temporal, pues históricamente se sembraban 80 mil hectáreas, pero actualmente solo están establecidas 30 mil, mientras que en la zona de maíz y avena también hay problemas.
Pare este año, detalló que se tienen aseguradas cerca de 400 mil hectáreas en las zonas de temporal y 100 mil en lugares de riego.