Los hechos ocurrieron en España, en donde una mujer embarazada y su esposo llamaron a la policía para decir que un par de marroquíes habían secuestrado a su bebé de ocho meses luego de que la madre y el pequeño salieran a caminar.
La policía comenzó con la investigación pero no podían encontrar al bebé, la mujer les dijo a cuál parque visitaron, sin embargo, comenzaron a sospechar de ella en cuanto no pudo darles más detalles de lo ocurrido.
Como ella se contrariaba a sí misma con los detalles, comenzaron a interrogarla y fue cuando se retractó de su versión inicial y decidió guiar a los agentes al lugar en el que había enterrado al bebé.
Al principio dijo que lo había matado “por error” debido a que hizo un mal movimiento, sin embargo se probó durante la autopsia que en realidad la muerte del bebé fue por asfixia por lo que se procedió a arrestar a la mujer por asesinato.