Durante su conferencia de prensa matutina, el mandatario expresó su desacuerdo con la propuesta, argumentando que la elección directa podría llevar a un escenario donde el presidente no sería elegido por el pueblo, sino por un consejo de «sabiondos» o una élite, desviándose así de los principios democráticos.
«Si a esas vamos, pues no se podría elegir al presidente de México, porque se requiere un perfil especial que llevaría a que fuese electo de una especie de consejo de sabiondos, consejo supremo de eminencia y no el pueblo», destacó López Obrador.
El presidente hizo hincapié en la importancia de establecer requisitos para los candidatos, señalando que, de manera similar a la elección de otros funcionarios, se deben considerar criterios como la formación académica, experiencia laboral y honestidad. Argumentó que el establecimiento de requisitos no excluye al pueblo, sino que garantiza que quienes ocupen cargos públicos cumplan con estándares mínimos de capacidad y probidad.
En este contexto, recordó el proceso de elección de otros funcionarios, como presidentes municipales y gobernadores, donde también se imponen requisitos y se elige de manera indirecta a ciertos cargos, como el fiscal general.
En referencia a la postura de los ministros, el Presidente subrayó que el pueblo es el soberano y debe prevalecer como tal en el sistema político, evitando que una élite o minoría influyente domine las decisiones fundamentales del país. Enfatizó la sabiduría y el juicio práctico del pueblo, afirmando que poseen un instinto certero que a veces supera el nivel académico de otros sectores.
La respuesta de López Obrador surge en medio del rechazo de las ministras Loretta Ortiz y Margarita Ríos, así como del ministro Alberto Pérez Dayán, a la propuesta de elección popular de los integrantes de la SCJN. La polémica sobre el proceso de selección de ministros continúa, evidenciando las tensiones entre la visión democrática y la autonomía judicial en México.