Los hombres que recibieron la pena de muerte son Kouchi Shoji, de 64 años, quien asesinó a dos mujeres en 2001 y Yasunori Suzuki, de 50 años, condenado a pena de muerte por matar a tres mujeres entre 2004 y 2005.
El ministro japonés Takashi Yamashita indicio en rueda de prensa que los hombres sentenciados a pena de muerte le “quitaron la vida a víctimas que no habían hecho nada malo por razones egoístas”.
Estas son las primeras ejecuciones en Japón en el 2019, pertenecientes al gobierno de primer ministro Shinzo Abe quien asumió el poder en 2012, mismo que durante su mandato a ordenado 38 penas de muerte y 11 personas más se encuentran en el corredor de la muerte”.
La organización Amnistía Internacional indica que en Japón se realizan en secreto varias ejecuciones y muchas veces sin previo aviso y sin informar a los familiares de los presos.