Este miércoles por la tarde, Trump declaró en Twitter que el progreso logrado “no era suficiente” y advirtió que “si no se logra un acuerdo las tarifas al nivel del 5 por ciento empezarán el lunes con incrementos mensuales según la programación”.
Las nuevas cifras difundidas este miércoles mostraron que los cruces fronterizos ilegales están en un máximo que no se había alcanzado en siete años y subrayan la molestia del mandatario estadounidense. Pero también se ha intensificado la resistencia política a la amenaza de Trump, pues algunos senadores republicanos han solicitado una audiencia con el presidente antes de que emprenda una acción que podría afectar la economía de ambos países.
Durante su gira por Europa, el mandatario ha insistido en que no está haciendo amenazas vacías pero también predijo que México llegaría a un acuerdo para prevenir una serie de sobrecostos en sus productos. Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores de México se reunió la tarde de este miércoles con el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado Mike Pompeo con la esperanza de convencer a los principales consejeros de Trump de que México trabaja de manera agresiva para proteger la frontera.
Pero no hay indicios de que el mandatario se encuentre satisfecho con nada que no sea la evidencia directa de que México ha detenido por completo el flujo migratorio hacia su país. Trump ha criticado repetidamente, en privado y en público, lo que considera como el fracaso de las autoridades mexicanas. Además estableció una fecha límite para el próximo lunes diciendo que usará sus amplios poderes de emergencia para comenzar a gravar todos los productos mexicanos al 5 por ciento, y que en octubre aumentará el arancel hasta un 25 por ciento si los cruces ilegales no se terminan, una hazaña que diplomáticos, políticos y los expertos en inmigración consideran imposible.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos anunció el miércoles un aumento dramático en los cruces fronterizos, una medida destinada a incrementar la presión sobre el gobierno mexicano con el fin de que cumpla con las demandas de Trump. Más de 144.200 migrantes fueron arrestados y tomados bajo custodia en la frontera suroeste en mayo, un aumento del 32 por ciento con respecto a abril y el total mensual más alto en siete años. La mayoría cruzó la frontera de manera ilegal, mientras que alrededor del 10 por ciento llegó sin la documentación adecuada a los puestos de entrada en la frontera.
“Las drogas que están entrando, las personas que ingresan sin control, están inundando nuestra frontera”, dijo Trump durante una reunión con el primer ministro irlandés en Shannon, Irlanda. “México puede detenerlo. Tienen que pararlo. De lo contrario, no podremos hacer negocios. Es una cosa muy simple”.
Un grupo de migrantes detenidos por las autoridades en la ciudad mexicana de Tapachula, en la frontera con Guatemala, el 5 de junio. Credit Carlos López/EPA, vía Shutterstock.
Pero el presidente estadounidense enfrenta una intensa oposición a la táctica de usar los aranceles como presión para el tema migratorio, no solo de los demócratas, sino también de los ejecutivos de negocios, economistas y miembros de su propio partido. A medida que se acerca la fecha límite del lunes, los senadores republicanos se están movilizando para evitar que la Casa Blanca siga adelante con los aranceles, advirtiéndole a Trump que se oponen de manera casi uniforme a sus planes para gravar las importaciones mexicanas.
El martes, el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, dijo a los abogados del gobierno que los senadores republicanos quieren reunirse directamente con Trump antes de que imponga los aranceles, según dos funcionarios republicanos que conocen el tema.
En un almuerzo celebrado a puerta cerrada en el Senado estadounidense, varios republicanos se quejaron amargamente, argumentando que los aranceles perjudicarían a sus electores y a la economía sin hacer nada para mejorar los problemas de inmigración en la frontera. A muchos les molestó que la discusión sobre una medida política tan importante —que además podría entrar en vigor muy pronto— sucediera mientras el presidente se encontraba en el extranjero. Además, el gobierno solo envió al congreso a dos abogados que no pudieron responder las preguntas básicas sobre los aranceles.
McConnell les preguntó a los abogados cuándo entrarán en vigencia las tarifas. Cuando respondieron que el 10 de junio, McConnell respondió: “Ok, el lunes”. Luego dijo que los senadores republicanos tendrían que reunirse con el presidente antes de esa fecha. Está previsto que Trump regrese el viernes de su viaje europeo.
Con información de The New York Times