Previa visita de verificación sanitaria, personal de la Coespris determinó la necesidad de destruir todo el producto, por incumplir con la normatividad y representar un riesgo para la salud de las y los consumidores, ante la contaminación de origen detectada.
El peligro que representa el consumir productos lácteos en mal estado, es el de contraer enfermedades de tipo zoonóticas (las que sufren los animales y pueden ser transmitidas en forma directa o indirecta a los humanos) como la brucelosis y padecimientos gastrointestinales causados por diferentes bacterias como staphylococcus aureus, listeria monocytogenes, Escherichia coli, o la salmonella, que puede ocasionar gastroenteritis o una infección más grave como la fiebre tifoidea.
Es obligación de las empresas fabricantes de productos lácteos, aplicar las buenas prácticas de higiene durante todo el proceso de elaboración, así como
garantizar su inocuidad.
Deben de cumplir además, con diferentes normas mexicanas, tener su aviso de funcionamiento, seguir el proceso de pasteurización de la leche, envasado y etiquetado conforme a la norma, almacenamiento a temperaturas de refrigeración entre los 2 y los 7 Grados Centígrados, para evitar su contaminación y/o descomposición, entre otros factores.
Como parte de las acciones que verifica la Coespris, se encuentran las condiciones sanitarias y el funcionamiento de las instalaciones, los procesos de elaboración, controles de calidad, condiciones de almacenamiento, conservación y transporte durante la distribución y venta.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]