El mandatario federal desestimó las versiones que sugieren que esta reforma podría impactar negativamente el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aun en caso de que así fuera, López Obrador subrayó que «México es una patria libre, independiente y soberana, y eso está por encima de cualquier tratado.»
Durante su intervención, López Obrador aclaró que no existe ningún tipo de conflicto o enfrentamiento con el embajador Salazar, quien la semana pasada expresó su rechazo a la mencionada reforma y se mostró dispuesto a dialogar al respecto. Sin embargo, el presidente mexicano insistió en que «no es posible que un embajador extranjero opine sobre lo que está bien o mal en nuestro país, esa no es la función de un embajador.» Añadió que los temas relacionados con México deben ser resueltos por los propios mexicanos y que la soberanía nacional es un principio básico que no puede ser comprometido.
López Obrador fue enfático al señalar que no abordaría este tema con el embajador, destacando que se trata de un asunto que se está resolviendo en las instituciones mexicanas. Además, criticó el uso del T-MEC como una herramienta para intentar socavar la soberanía de México, recalcando que dicho tratado es de carácter comercial y no debe ser utilizado para que México ceda su independencia.
El presidente afirmó que, incluso en el hipotético caso de que hubiera sanciones en contra de México, la soberanía debe prevalecer sobre cualquier acuerdo internacional. «Es la historia de México, es el sacrificio de mucha gente por lograr una patria libre, independiente, soberana, eso está por encima de cualquier tratado», señaló.
En tono más ligero, López Obrador citó al comediante Cantinflas para ilustrar su punto, afirmando que «ahí está el detalle: en que aprendamos a respetarnos. Ahí está la clave de todo.»