Ante esto el Organismo de Gestión de los Riesgos Geológicos y Volcánicos elevó el estado de alerta al segundo nivel, ampliando la zona de prohibición a cuatro kilómetros alrededor del cráter.
Raditya Jati, portavoz de la agencia de gestión de desastre mencionó que: “Para limitar los riesgos para la salud causados por las cenizas volcánicas, se recomienda llevar una máscara u otro equipo para proteger los ojos y la piel”.
En cuanto a los habitantes, cerca de 4 mil 628 personas que residen en las zonas aledañas al volcán, se encuentran en los refugios establecidos en diferentes puntos de Nusa Tenggara Oriental. De momento no han reportado heridos o pérdidas materiales.