La demanda lleva a Texas a otro enfrentamiento sobre migración en un momento en el que Nueva York y Chicago están tomando medidas contra los autobuses y aviones que transportan a migrantes y son enviados por Abbott a ciudades con Gobiernos demócratas.
Texas también está librando batallas judiciales por separado para mantener alambre de púas en la frontera y una barrera flotante en el Río Bravo.
Pero una ley que Abbott firmó el mes pasado plantea un desafío mayor y más amplio a la autoridad del Gobierno federal en materia de migración. Además de permitir a la Policía de cualquier lugar de Texas detener a migrantes acusados de ingreso ilegal, los jueces locales también podrían ordenar a los migrantes que abandonen el país.
La ley está programada para entrar en vigor en marzo.