El sábado 23 de diciembre se tomó registró de la desesperación de cientos de migrantes, quienes desde el viernes 22, abordaron la máquina debido a que les habían prometido llegaría a Juárez. Avanzaron solamente 40 minutos y la “bestia” se detuvo a la altura del Ejido Sacramento, entre el llano.
Manifestaron entonces haber pasado frío y solicitaron el apoyo de las autoridades para continuar con su trayecto.
Decenas de personas acudieron para llevarles alimentos, así como ropa y regalos a los niños con motivo de Navidad.
Muchos de los migrantes abandonaron el tren y decidieron seguir su camino a pie, tras al menos cinco días de permanecer varados, lejos de tiendas y algún sitio donde refugiarse del frío.
Dejaron atrás muchos de los apoyos, como agua, juguetes, ropa, para poder continuar de forma ligera su largo andar.