Recientemente, ha infectado a las vacas lecheras en varios estados y por lo menos a una persona en Texas que tuvo contacto cercano con los animales, según dijeron oficiales en esta semana.
El brote, está demostrando ser especialmente costoso para los contribuyentes estadounidenses.
El año pasado, el Departamento de Agricultura les pagó a los productores de aves de corral más de medio billón de dólares por los pavos, pollos y gallinas ponedoras que tuvieron que sacrificar después que la cepa de influenza H5N1 fue detectada en sus granjas.
Oficiales dijeron que el programa de compensación pretende alentar a las granjas a reportar brotes rápidamente.
Eso se debe a que el gobierno les paga por las aves que sacrifican y no por las que mueren por la enfermedad.
Los reportes a tiempo, dijo la agencia, ayuda a limitar la propagación del virus a las granjas cercanas.
El sacrificio usualmente es realizado incrementando el calor en las granjas que albergan a miles de aves, un método que causa un golpe de calor y que muchos veterinarios y organización del bienestar animal dicen que eso da como resultado un sufrimiento innecesario.
En general, la inmensa mayoría de los pagos del gobierno se destinaron a las grandes empresas productoras de alimentos en Estados Unidos –lo cual no es sorpresivo, tomando en cuenta el dominio que tiene el país en la producción de carne y huevos.
Para los críticos de las granjas comerciales a gran escala, los pagos destacan un sistema de subsidios corporativos con profundas fallas, que el año pasado incluyó más de 30 billones de dólares de los contribuyentes que se destinaron al sector agrícola, la mayoría por los seguros de las cosechas, el apoyo a los precios de los productos y ayuda para desastres.
Aunque dicen que los pagos relacionados con la gripe aviar son problemáticos por otra razón: al compensar a los granjeros comerciales por las pérdidas sin que incluyan restricciones, el gobierno federal está alentando a que los productores de aves de corral sigan realizando prácticas que aumentan el riesgo de contagio, aumentando la necesidad de futuros sacrificios de animales y la compensación de los mismos.
Los gigantescos cobertizos que producen casi el 99 por ciento de los huevos y carne del país generan enormes cantidades de desechos animales que pueden degradar el medio ambiente, de acuerdo a investigadores.