Muchos de los platillos de Navidad cuentan con ingredientes que se fermentan como los mariscos, pescados, leche, crema o huevo, los cuales son más propensos a descomposición cada vez que se vuelven a calentar.
El tiempo promedio de cada platillo de recalentado es de dos días a partir de su cocción final. Se sabe que las bacterias que provocan su descomposición comienzan a resistir el calor a partir de su tercera visita al horno.
Por ello, es necesario comerlo cuanto antes. Por su parte, el relleno solo resiste tres días, incluso si es congelado.
Comer recalentado pasado puede provocar diarrea, vomito o náuseas, indicador de la proliferación de bacterias dañinas para la salud.