En su reporte sobre la nota financiera, Moody’s bajó la calificación senior de CFE a Baa2 y la evaluación crediticia a Ba3, ahora con perspectiva “estable”, pues antes era “negativa”.
Entre los factores menciona las pérdidas de la empresa paraestatal eléctrica del país, así como la influencia externa por el aumento de los precios del gas ante la guerra de Rusia en Ucrania; aunado a que la situación «elevó los costos operativos de CFE“.
La nota financiera señala que “la compañía tiene cierta flexibilidad para ajustar las tarifas a los grandes clientes industriales y comerciales registrados como usuarios calificados, pero los ajustes no mitigan completamente las pérdidas continuas por presiones de costos, dados los topes de tarifas y los subsidios establecidos para clientes cautivos”.
Destaca Moody’s que la CFE dependerá aún de las transferencias directas de recursos del Gobierno Federal o aumentos en las tarifas.
Cada año recibe la CFE transferencias por 70 mil millones de pesos para subsidios, incluidos en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) transferido en pagos mensuales. Para 2022 el presupuesto aprobado contempla 73 mil millones de pesos.
“Si bien el Gobierno de México no garantiza directamente las obligaciones de deuda de CFE, Moody’s cree que existe una probabilidad significativa de apoyo gubernamental dada la condición de la empresa como una entidad de propiedad totalmente gubernamental y su importancia estratégica para la economía general del país debido a su negocio de naturaleza esencial”, advierte la agencia.
La semana pasada Moody’s también publicó la nueva calificación crediticia de México, que bajó de ‘Baa1 con perspectiva negativa’ a ‘Baa2 estable’.
La bajada de la calificación es el impacto de la inflación y la pandemia en la economía, pues el PIB seguirá este año sin recuperarse al nivel que tenía antes de la emergencia sanitaria, aunque el nivel de deuda se mantiene estable.