El Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional 2021 de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO, en inglés) publicado este martes indicó que el hambre en América Latina y el Caribe está en su mayor nivel desde el año 2000, después de un aumento del 30 por ciento en el número de personas que padecieron hambre entre 2019 y 2020. En solo un año, el número de personas que viven con hambre en la región pasó de 13.8 millones a 59.7 millones entre 2019 y 2020, según el reporte.
Solo detrás de los países del Triángulo Norte, El Salvador, Guatemala y Honduras, y de Ecuador, México tuvo un aumento de la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave de 3.5 puntos porcentuales en 2020, con respecto a 2019.
El número de personas en esta situación en el País en 2020 fue de 33.2 millones, un aumento de 4 millones respecto a los datos de 2019, cuando había 29 millones con inseguridad alimentaria moderada o grave.
La inseguridad alimentaria moderada, según la FAO, es cuando la capacidad de una persona para alimentarse es incierta y se ha visto obligada a reducir, a veces a lo largo de un año, la calidad o cantidad de comida que consume por falta de recursos. Por otro lado, la inseguridad alimentaria grave es cuando a una persona se le acabó la comida, padece hambre y/o lleva días sin comer.
Y en toda América Latina, 267 millones de personas, cuatro de cada diez, experimentaron inseguridad alimentaria en 2020, 60 millones más que en 2019, un aumento del 9 por ciento, el más alto del mundo.
«Debemos decirlo fuerte y claro: América Latina y el Caribe enfrenta una situación crítica en términos de su seguridad alimentaria. Ha habido un aumento de casi el 79 por ciento en el número de personas con hambre entre 2014 y 2020 «, dijo Julio Berdegué, Representante Regional de la FAO, en un comunicado.
En México, además, había en 2020 9.2 millones de personas subalimentadas, lo que representó un incremento de 1.4 millones respecto a 2019, cuando según la FAO había 7.8 millones en esta situación. La subalimentación es un escenario en que las personas no consumen diariamente la cantidad suficiente de comida.
«Aunque la pandemia ha agravado la situación, el hambre ha ido en aumento desde 2014. Debemos corregir las vulnerabilidades profundas de nuestros sistemas alimentarios, hacerlos más inclusivos y sostenibles y asegurarnos de que brinden bienestar a las personas que alimentan a nuestras sociedades», agregó por su parte Rossana Polastri, Directora del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) para América Latina y el Caribe en el comunicado.
En el informe también contribuyeron el FIDA, la Organización Panamericana de la Salud / la Organización Mundial de la Salud OPS/OMS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).