La dificultad reside en que todavía se sabe muy poco del funcionamiento de las neuronas y su función en el cerebro.
Sin embargo los investigadores de la Universidad de Bath junto a investigadores de las Universidades de Bristol (Inglaterra), Auckland (Nueva Zelanda) y Zúrich (Suiza) han encontrado la clave que abre el camino hacia la cura de enfermedades crónicas.
Los investigadores han descubierto que las respuestas de las neuronas a los estímulos eléctricos de los otros nervios son no lineales, lo que quiere decir que si una señal se vuelve el doble de fuerte la reacción puede llegar a ser el triple de grande o más.
Sabiendo esto han conseguido desarrollar un chip de silicio que funciona como los canales de iones biológicos de las neuronas reales, ya que responden de la misma manera los diferentes estímulos enviados.
«Nuestras neuronas sólo necesitan 140 nanovatios de potencia. Eso es una milmillonésima parte del requerimiento de energía de un microprocesador, que otros intentos de hacer neuronas sintéticas han usado.
Esto hace que las neuronas sean adecuadas para los implantes bioelectrónicos para el tratamiento de enfermedades crónicas», ha declarado el profesor Alain Nogaret, de la Universidad de Bath.