La mandataria señaló que, aunque la cooperación es clave, México debe mantener su soberanía y no subordinarse en estos temas.
“Vamos a coordinar, pero sin subordinación; debe haber diálogo y trabajo conjunto para atender temas que nos competen a ambos,” explicó Sheinbaum, destacando que el impacto del fentanilo y el tráfico de armas en México requiere acciones de ambos lados de la frontera. Según la presidenta, el flujo de armas desde Estados Unidos hacia México es un factor que intensifica la violencia, como en el reciente caso de Tecpan, Guerrero, donde se utilizaron armas de alto calibre provenientes del país vecino.
Respecto al fentanilo, Sheinbaum enfatizó que, en Estados Unidos, este problema ha alcanzado niveles críticos de salud pública. “Casi por razones humanitarias, hay que apoyar”, comentó, reconociendo la gravedad de la crisis que ha generado el consumo de esta droga en la población estadounidense.
La presidenta también cuestionó la falta de atención en Estados Unidos a su propia dinámica de consumo y distribución de drogas, que alimenta redes criminales. “¿Qué pasa del otro lado de la frontera? ¿Qué sucede con el flujo financiero de la venta de fentanilo y otras drogas?”, preguntó, refiriéndose a la aparente falta de acción en contra de los canales de venta y consumo en el vecino país, así como a la violencia facilitada por la llegada de armas de alto poder a México.