Desde la senda, al bajar por la puerta cuyos accesos se encuentran cerrados se percibe a simple vista asentamientos con al menos tres viviendas en esta zona no habitacional y que no cuenta con el uso de suelo adecuado, pues incluso están instaladas a las orillas de lo que es un caudal de la salida del agua de la presa, que sin embargo no está habilitado.
No obstante las chozas llamaron la atención de propios y extraños, pues incluso tienen hasta perros a las puertas de estas improvisadas construcciones.
Asimismo a tan sólo unos metros del lugar se encuentra el arroyo por donde vierte el agua de la presa El Rejón que superó el cien por ciento de su capacidad de almacenamiento.